BILBAO. El Commerzbank-Arena de Fránkfurt es el escenario de categoría cinco estrellas que más se asemeja actualmente al futuro campo de San Mamés, después de que hace un par de años La Catedral apuntara a asemejarse con el Allianz Arena de Múnich. El primero de ellos, en el que juega sus partidos el Eintracht -así como el Galaxy de fútbol americano-, fue muy bien valorado por la delegación rojiblanca que lo visitó a comienzos de 2007, en un viaje donde también se acudió al recinto muniqués. El de Fránkfurt presenta una semblanza elíptica, cuenta con capacidad para 52.300 asistentes y aspectos interesantes como palcos VIP, el Area Club Business, los aparcamientos y el acceso subterráneo de los autobuses hasta los vestuarios, con lo que conlleva de seguridad y facilidad para la introducción de materiales.

La diferencia principal estriba en que el proyecto que se presentó en 2007 por parte del Athletic hablaba de una construcción dividida en tres plantas de graderíos para totalizar 58.000 espectadores y la posibilidad de disfrutar de un edificio vivo y cambiante, que iba a reaccionar en función de los estímulos del exterior con toque enigmático. De ello se encargaba un sistema de iluminación similar al del Allianz y al empleado por el SkyDome de Toronto: el campo luce cuatro colores y ambientes distintos según el acontecimiento y el momento del día. La remodelación de este planteamiento ha desechado finalmente semejante intención. En base a la maqueta presentada ayer, el próximo feudo rojiblanco, con aforo para 53.000 localidades, dispondrá de dos graderíos principales y uno más pequeño para el palco de honor y asientos VIP. La fachada se revistirá de elementos metálicos verticales con el objetivo de que traspase la luz y con una forma curva. Eso sí, la ubicación será la misma, privilegiada, en el centro de la Villa. Bilbao, más cerca de Frankfurt.