- La unión de la izquierda francesa para las próximas legislativas urdida por Jean-Luc Mélenchon, pone en jaque al Partido Socialista (PS), que por vez primera en muchas décadas no es hegemónico en su espacio político y que ve cÓmo crecen las disensiones internas.

Recién refrendado por el Comité Nacional del PS, el pacto, al que antes habían llegado también ecologistas y comunistas, comenzó a despertar suspicacias en el seno de la única fuerza de izquierdas que hasta ahora ha liderado un gobierno en el país.

El ex primer ministro Bernard Cazeneuve, cabeza visible del ala más moderada del PS, fue de los primeros en anunciar su salida de la formación, mientras que otros lo van haciendo de forma paulatina.

La posición de Mélenchon sobre Europa, su llamamiento a desobedecer los tratados comunitarios, es el argumento que más fricciones causa en un partido que en el pasado ya se fracturó por ese frente.

En 2005, se dividió en dos durante el referéndum sobre la Constitución Europea, que acabó siendo rechazada por los electores dejando en mal lugar a la dirección, que había apostado por el “sí”.

El partido está ahora en manos de una generación más joven, que en una parte importante no ha conocido el poder y se ha visto obligada a gestionar un partido a la deriva desde la salida tumultuosa del Elíseo de François Hollande en 2017.

El presidente socialista, elegido en 2012, acaparó altas cotas de impopularidad, hasta el punto de que, en una decisión inédita, decidió no presentarse cinco años después a un segundo mandato, lo que dejó al partido huérfano y en caída libre.

Benoît Hamon obtuvo en 2017 el peor resultado en unas presidenciales hasta entonces, el 6%, pero Anne Hidalgo lo empeoró el pasado mes de abril, al dejar al socialismo por debajo del 2%.

Desamparados, los dirigentes del partido han visto la alianza con Mélenchon y su partido, La Francia Insumisa (LFI), como la única vía para salvar su grupo parlamentario y están haciendo malabares dialécticos para justificar algunas de las posturas acordadas.

La nueva coalición, bautizada Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES), presentará hoy las principales líneas de su proyecto, mientras que la semana que viene se anunciará el programa común.

El portavoz de LFI, Manuel Bompard, aseguró que ese programa se basará en las propuestas de Mélenchon en las pasadas presidenciales y estará listo antes del miércoles.

LFI se ha reservado algo más de la mitad de las 577 circunscripciones electorales que están en juego en las legislativas de junio, en concreto 325. Sobre todo la región de París, donde cuentan con gran respaldo electoral, y en otras zonas periurbanas, con un elevado porcentaje de población obrera.

Objetivo. El objetivo de la coalición es convertirse en el bloque más votado en las legislativas del 12 y 19 de junio y obligar así al presidente, Emmanuel Macron, a elegir a Mélenchon como primer ministro para aplicar su programa electoral. Una hipótesis que no se sostiene en ningún sondeo publicado, pero que sí ha alimentado cierta dinámica a favor de la izquierda, que ha colocado al veterano político, como la segunda personalidad política mejor valorada.

Le Pen. Las negociaciones fructuosas para confeccionar un frente de izquierdas han servido para eclipsar a la ultraderechista Marine Le Pen, que está retrasando su entrada en campaña.