El jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Gijón ha descartado este viernes que exista un hombre llamado Julián que pueda dar coartada al presunto inductor y al supuesto intermediario del asesinato del concejal de IU de Llanes, Javier Ardines, para justificar el viaje que realizaron desde Euskadi a la parroquia llanisca de Belmonte de Pría, donde residía el edil, unos días antes del crimen.

El responsable de la investigación ha desmontado la tesis de las defensas que mantienen que el acusado como inductor, Pedro N.A., y el presunto intermediario, Jesús M., viajaron el 27 de julio de 2018 desde Euskadi hasta Llanes junto a un tercer ocupante llamado Julián para revisar las obras de rehabilitación del tejado de la vivienda que el primero de ellos tenía a escasos 100 metros de la del edil asesinado.

Según las acusaciones, ambos acusados realizaron el viaje con uno de los presuntos sicarios para preparar el crimen, que fue cometido el 16 de agosto.

El agente ha dicho que ese hombre llamado Julián nunca apareció en las diligencias hasta la declaración en el juicio de los dos acusados, y ha sostenido que el tercer ocupante era el presunto sicario Djilali B., como se pudo constatar a través de los repetidores de antena de su móvil, que le situaban en el interior del coche.

En un tono tajante, ha afirmado que el viaje respondía a que Pedro N.A. y Jesús M. iban a facilitar información al presunto sicario sobre "dónde y cómo" se iba a cometer el asesinato.

La finalidad era, según su declaración, ver dónde vivía, dónde trabajaba y cómo se desenvolvía el concejal, así como estudiar las fechas para perpetrar el asesinato.