Ermua - Tenían reunión en el Hogar del Jubilado de Ermua. Era un día importantísimo para saber, por fin, qué pasará con el bar-cafetería del centro. Pero Antonio Carretero, radio en ristre, prefirió seguir todo lo cerca que pudo los trabajos de limpieza de la AP-8. Incluso señalaba, en la oscuridad, las luces policiales y los focos que se asomaban a la montaña que esconde el vertedero. Y sin retirar la mirada, Carretero se lanzaba con un descriptivo: "Esa escombrera nos va a traer problemas. Acuérdate. No ahora, y ojalá me equivoque, pero hay que advertir a las autoridades de lo que puede pasar". A su lado, José Manuel, también vecino de la localidad, asentía con la cabeza al tiempo que aportaba su opinión: "Viene todo -el material de escombro- corrompido". En los últimos años se han registrado varios accidentes de camiones cargados con residuos en los alrededores. "Hubo uno en el peaje de Ermua, hace un año o así, y en una hora lo habían limpiado todo?", recuerda José Manuel. Por detrás, las voces de Rosa y Antonio eran de la misma opinión. "Está prohibido subir? Todo vallado. Los camiones entran por Izaga".

Otro de los viandantes que ayer se acercó hasta la carretera paralela al tramo de la AP-8 siniestrado, camino a Elgeta, calculaba que cada diez minutos pasa un camión. "Están metiendo toda la basura mala. Escombros problemáticos? Cualquier día explota la montaña entera", elucubraba Antonio. "Es como un puchero de garbanzos: abajo hay como petróleo, son gases metanos que en el momento en que se caliente, pues como un volcán...", opinaba este vecino. A pocos metros se encontraba Javier, empleado de la empresa de Ventas, Toldos y Persianas Ego que salía de trabajar. "El estruendo ha sido enorme", comentaba. "Yo no estaba cuando ha pasado. En ese momento había tres personas en la empresa. Hemos estado sin luz. El pabellón se ha movido", dijo. La empresa se encuentra situada pegada al barrio Eitzaga, justo al lado de los dos caseríos que fueron desalojados "ante la posibilidad de que se produjesen nuevos desprendimientos". "Los dos caseríos pertenecen a Zaldibar, mientras que nuestra empresa pertenece a Ermua. El río es el que separa las dos localidades", aclaró el empleado. Acceder a la zona de Durangaldea se convirtió ayer por la tarde en una odisea que dejó atrapados a miles de conductores en la autopista, ya que estuvo totalmente cortada en ambas direcciones, lo que obligó a la Ertzaintza a desviar el tráfico por salidas alternativas. "Hemos tardado hora y media en llegar a la salida de Durango", dijo uno de los conductores atrapados.

A las 20.00 horas varias excavadoras se afanaban en retirar las toneladas de tierra que ocupaban los cuatro carriles de la vía. "La tierra también ha caído en la nueva carretera. Vaya la que se ha montado. Por lo menos hay tres metros de tierra ahí. A ver si les encuentran pronto", comentó Javi.