Euskadi es la única comunidad autónoma en dejar en manos de los centros educativos –en base a su autonomía– la regulación del uso del teléfono móvil y relojes digitales en los colegios e institutos. En reiteradas ocasiones, el Departamento de Educación y el propio Parlamento Vasco se han mostrado poco amigos de prohibiciones o vetos y sí a favor de dar voz a los centros. De hecho, desde hace años algunos ya los prohíben y otros no, en función de su proyecto educativo.
En cualquier caso, “antes de que finalice 2024”, todos los centros educativos y centros de Formación Profesional sostenidos con fondos públicos deberán aprobar medidas para la regulación del uso de los móviles y smartwatch durante la jornada escolar. Es decir, no solo en el espacio de tiempo que incluye el horario lectivo, sino también en los recreos, en el comedor, transporte escolar y en los períodos dedicados al desarrollo de las actividades complementarias y extraescolares.
Por poner contexto, Euskadi y Cantabria fueron las dos únicas comunidades en desmarcarse de la propuesta del Ministerio de Educación para prohibir o restringir el uso de los móviles y otros dispositivos digitales en las aulas. Es más, ningún representante del Departamento de Educación estuvo presente en la reunión convocada por Pilar Alegría para abordar esta cuestión con las CCAA. En concreto, el Ministerio recomendaba un uso cero del móvil en Infantil y Primaria y limitarlo a actividades pedagógicas cuando el docente así lo considere en Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. En todos los casos se contemplaban circunstancias excepcionales.
Por su parte, en enero el Consejo Escolar del Estado aprobó por unanimidad el veto de los móviles en Primaria y su limitación en Secundaria. Este órgano consultivo concluyó que en Educación Infantil y Primaria el alumnado ”no necesita” llevar móviles, exceptuando aquellos supuestos en los que se le autorice por razones de salud o por otras circunstancias personales o familiares justificadas. En Educación Secundaria Obligatoria, en caso de llevar el móvil, el Consejo Escolar defiende que debería mantenerse apagado desde la entrada al centro hasta la salida, incluyendo los periodos lectivos, recreos y otros tiempos de descanso y actividades extraescolares desarrolladas en el marco del centro educativo, salvo cuando los teléfonos móviles se utilicen con fines educativos supervisados o cuando su uso sea necesario por razones de salud.
Finalmente, todas las comunidades –excepto Euskadi– han decidido legislar sobre la restricción y prohibición del móvil en las aulas. En el caso de la CAV, por contra, serán los centros educativos los que tengan la última palabra. Así, las normas de uso interno deberán quedar recogida antes del 31 de diciembre en los reglamentos de organización y funcionamiento (ROF) de los diferentes centros docentes de educación Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional de las redes pública y concertada.
CONTRA EL CIBERACOSO
Estas medidas deberán ser comunicadas a la comunidad educativa. Y además se deberán promover “acciones de sensibilización sobre los riesgos del uso excesivo de los teléfonos móviles y relojes inteligentes, y, en especial, las referidas a prevenir el ciberacoso”.
Por otro lado, los centros han de contemplar actuaciones de prevención del ciberacoso escolar o posibles situaciones de abuso a través de teléfonos móviles y relojes inteligentes en su plan de convivencia, en los planes de orientación y de acción tutorial, así como en su Proyecto Digital de Centro, con el fin de “intensificar actitudes y mecanismos preventivos y proactivos”. Frente a la prohibición y regulación gubernamental abrazada por todas las comunidades, el Gobierno vasco ha optado porque sean los propios centros escolares los que decidan qué hacer con el objetivo de “fomentar un buen uso de los mismos, insistiendo en la provención, seguridad y el código ético necesario”.
Así se recoge en la Instrucción que el Departamento de Educación envió en el segundo semestre del curso pasado a los centros educativos a fin de que ultimasen su propio código interno. Para ello, Educación puso en marcha actividades formativas dirigidas a responsables de los centros (equipo directivo, responsables de innovación, orientadores o mentores digitales, entre otras figuras). Se abordó esta cuestión desde diversos ángulos, como la convivencia y la ciberconvivencia, el liderazgo de los centros, la digitalización o los aspectos metodológicos y curriculares.
También se llevaron a cabo talleres sobre el uso educativo de los móviles. En estos seminarios, el Departamento ayudó a los centros en el enfoque de la regulación del uso de estos dispositivos y facilitó diversos modelos de regulación que pueden usar como referencia. De cara a este curso 2024-2025, el Departamento de Educación pondrá el foco en la formación de las familias porque juegan un papel importante en el uso seguro y responsable de Internet y de los dispositivos móviles entre la juventud. No en vano, el alumnado tan solo pasa entre el 10% o el 12% de su tiempo vital en el centro educativo, “por lo que resulta primordial abordar esta cuestión también en otros entornos, como el familiar o el social”. Así lo defendieron el viceconsejero de FP, Jorge Arévalo, y la actual consejera de Educación, Begoña Pedrosa, cuando hicieron pública la hoja de ruta del Departamento para encarar una cuestión que cada vez preocupa más a las familias.
MÁS FLEXIBILIDAD EN FP
En el ámbito de la Formación Profesional, donde la edad media del alumnado supera los 20 años, aunque hay con estudiantes de 16 años en adelante, no se conciben los móviles como una amenaza. Muy al contrario, según Educación, los dispositivos digitales en la FP son “una herramienta de aprendizaje fundamental en el día a día de los centros”. Teniendo en cuenta estas particularidades, los centros de Formación Profesional también deberán reflejar en su ROF, dentro de la autonomía de cada centro, “las medidas que adopten sobre la utilización de las herramientas digitales, que cada vez se van a emplear más”.
La Instrucción vasca recuerda que la normativa que regula el Sistema de Formación Profesional, incluye el módulo de Digitalización aplicada al sistema productivo en la parte troncal obligatoria de los ciclos formativos de grado medio y de grado superior. Es por ello que, en el marco del desarrollo curricular, la Instrucción indica que “se contempla el uso en horario lectivo de los teléfonos móviles y relojes inteligentes, siempre que se considere necesario para el desarrollo de las actividades didácticas programadas en el aula”.