El Ministerio de Asuntos Regionales de Estonia tomó este lunes la decisión de cambiar el nombre de una calle dedicada al aviador vasco Ignazio Agirregoikoa Benito, que combatió contra los nazis en las filas de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y está enterrado en aquel país báltico.

El Gobierno estonio pidió el año pasado al municipio de Mustvee (este), donde se encontraba la calle, que retirase el nombre, ya que la Ley de Nombres de Lugares estipula que estos no pueden estar asociados, entre otros, a personas o eventos contrarios a la creación de la República de Estonia o el mantenimiento del orden constitucional.

Ya que el consejo municipal de Mustvee no tomó una decisión dentro del plazo establecido, el Ministerio de Asuntos Regionales decidió por decreto que la calle pase a llevar el nombre de 'silla' o 'puente' en estonio, informó la cadena pública ERR.

De acuerdo con este medio, los vecinos de la localidad, de unos 1.600 habitantes, se oponían al cambio de nombre con el argumento de que estaban acostumbrados al apelativo antiguo.

Agirregoikoa Benito nació en Éibar en 1923 y fue evacuado a la Unión Soviética con 14 años como parte de los 'Niños de la Guerra' para después formarse como piloto del Ejército Rojo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1944, su avión fue derribado cerca de Mustvee, cerca de la zona por la que discurría el frente y se suicidó para evitar ser capturado por la Omakaitse, una milicia estonia que combatía con los nazis contra los soviéticos.

El nombre de la calle data de 1965, aunque, fruto aparentemente de una confusión de los lugareños con el nombre, ésta fue bautizada como 'Benito Agirre' en lugar de como 'Ignazio Agirregoikoa Benito'.

No se trata del primer caso en el que el Gobierno estonio modifica el callejero por decreto como parte de la campaña para eliminar referencias soviéticas del espacio público, pues el año pasado en la ciudad oriental de Narva, en la frontera con Rusia, se eliminó el apelativo de una calle dedicada al Ejército Rojo, entre otros, pese a la oposición de las autoridades municipales.

Estonia, que declaró su independencia por primera vez en 1918, fue ocupada y anexionada por la Unión Soviética en 1940 y no la recuperó hasta la desintegración de la URSS, en 1991.