Querido usuario pasado, presente y, por desgracia también futuro. En primer lugar, nos gustaría presentarnos. Somos profesionales de Urgencias del Hospital de Cruces. Trabajadores de todos los estamentos unidos por un fin común; una atención cuidada y adecuada.

Escribimos esta carta debilitados en nuestras fuerzas, con los ánimos bajos, nuestras ganas en números rojos, y nuestros corazones casi rotos. Cuando hablamos del cuidado de la salud, la primera palabra que nos viene a la cabeza es vocación, y ahora está casi en peligro de extinción. Esta pandemia , estamos tocados, casi hundidos.

Desgraciadamente cada vez tenemos más usuarios, más camillas de las que tirar, más dolores que aliviar, más y más momentos duros en los que ayudar, consolar y cuidar. Más trabajo, que no carga. Todo esto no nos permite recordar tu nombre, ni nos permite sonreír para tranquilizarte. Porque no llegamos. Seguimos siendo los mismos, con el mismo espíritu, con el mismo amor por nuestra profesión, pero con menos brazos amigos. Ojalá hubiera gente para prestarte esa atención cuando más lo necesitas, cuando eres más vulnerable. Recuerda que la puerta de nuestras urgencias siempre están abiertas, pero ojalá hubiera tiempo, condiciones y medios para prestaros la debida atención, gente para ejercer la labor más hermosa, con esfuerzo, dedicación, respeto y dignidad.