- La Fiscalía detectó un repunte de los accidentes de tráfico durante la vuelta a la nueva normalidad tras el estado de alarma por cuadros de estrés, pérdida de concentración y sueño que la situación por la pandemia del coronavirus está provocando en los conductores. Así lo aseguró ayer el fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, quien destacó que desde que terminó el estado de alarma el 21 de junio hasta el pasado día 22 se contabilizaron 110 fallecidos en las carreteras, uno más respecto al mismo periodo de 2019, pese a que el flujo de tráfico se redujo un 7% a diario y un 22% en fin de semana.

Vargas advirtió de que se está produciendo un fenómeno de “efervescencia” tras el confinamiento que está originando este repunte y se han detectado como causas “los cuadros de estrés clínico, pérdida de concentración y de sueño derivados del covid-19 y sus secuelas”.

“Junto a ello, los expertos sostienen que la ilusión e inmadurez adolescente expresiva de la falta de responsabilidad explican simultáneamente el incumplimiento de las pautas sanitarias y de las normas viales”, añadió. Vargas indicó que entre el 15 de marzo y el 20 de junio pasados, el número de fallecidos descendió un 59% -se produjeron 117 por los 287 del mismo periodo de 2019-, pero en menor porcentaje que los flujos de circulación, que lo hicieron en un 70%. Durante el estado de alarma tuvieron una especial incidencia en la siniestralidad los excesos de velocidad y las salidas de la carretera.

El fiscal coordinador de Seguridad Vial comentó que a las causas del repunte de accidentes que se atisba ya tras el primer mes de nueva normalidad hay que añadir la falta de mantenimiento de los vehículos durante el confinamiento. En este sentido destacó la existencia de al menos tres millones de coches pendientes de pasar la Inspección Técnica de Vehículos, así como la antigüedad del parque de automóviles.

Asimismo, la Fiscalía ha comprobado que la vuelta a las segundas residencias y los reencuentros familiares y de convivencias en grupo sin cumplir las pautas sanitarias coinciden en personas que tampoco respetan las normas viales, al coincidir en esos casos los perfiles de “inmadurez e irresponsabilidad”.

Igualmente, para el Ministerio Público están siendo factores de la siniestralidad en esta nueva normalidad la preponderante utilización del coche privado con renuncia al transporte público por seguridad sanitaria. Por otra parte, Vargas señaló que en 2019 se consolidó el incremento de la actividad judicial y de la Fiscalía advertido en 2018 en el ámbito de la delincuencia vial, que se mantiene en términos similares, por lo que un tercio de las acusaciones de los fiscales y de las condenas fueron por delitos viales de peligro.

En 2019 se formularon 86.958 escritos de acusación de fiscales por estos delitos, algo más del 31% del total de las presentadas en todo tipo de procesos. Asimismo, se dictaron 80.480 condenas por delitos contra la seguridad vial, que también suponen prácticamente el 31% de las pronunciadas por los tribunales por toda clase de delitos. De esas condenas, 48.078 lo fueron por delitos de conducción bajo la influencia de alcohol y drogas.

La Fiscalía destaca el “espectacular aumento” en el volumen de controles de alcoholemia practicados, pues en 2019 se incrementaron en más de un millón respecto a 2018, al alcanzar los 6.598.675, la más alta desde 2014. Vargas adelantó que “se estudia la propuesta de una posible tipificación penal o una singular tipificación jurídico-administrativa como infracción muy grave en la Ley de Seguridad Ciudadana” de comportamientos como los grupos de WhatsApp y aplicaciones que informan de la ubicación de controles de alcohol y drogas.

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La Fiscalía de Seguridad Vial mostró su preocupación “por su específica peligrosidad”, por el hecho de que de los 48.070 condenados en 2019 por delito de conducción bajo la influencia del alcohol un 2% eran multirreincidentes, pues ya tenían tres o más condenas anteriores, y están siendo objeto de un seguimiento.