A mediados de febrero, antes de que estallase el caso de los comisionistas Medina y Luceño y su lucrativa relación con el material sanitario, Madrid ya se escandalizaba por la compra de mascarillas y por el presunto espionaje al que se habría visto expuesta la presidenta de su comunidad, Isabel Díaz Ayuso, tras filtrarse la presunta relación de su entorno con aquel pelotazo.

Era el tiempo del pulso que mantuvieron la Ejecutiva regional y el entonces presidente del partido, Pablo Casado, que acabó pagando este enfrentamiento con su cargo.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se vio atrapado de lleno en el fuego cruzado. Casado le había convertido en ariete de Génova en la guerra desatada por el control de la Puerta del Sol. Y su mano derecha, Ángel Carromero, se vio directamente señalado como responsable de un presunto espionaje a Ayuso del que ayer lunes el alcalde siguió intentando distanciarse.

Almeida aseguró ayer lunes que "en ningún caso se apuntó el nombre de Carromero" en las informaciones de que dispuso sobre un affair en el que la filtración del supuesto cobro por parte del hermano de la presidenta de unos 300.000 euros a cuenta de un contrato por mascarillas habría derivado en la contratación de una agencia de detectives para espiarla, se sospecha que para dañarla políticamente desde su propio partido.

A raíz de que el escándalo saltara a los medios, Almeida explicó ayer lunes que llamó a quien era su hombre de confianza en el Ayuntamiento y esté "negó cualquier implicación en el caso". Entonces, ¿por qué dimitió?, preguntaron al dirigente popular los medios. Porque los dos coincidieron en que "era más fácil defenderse" de estas acusaciones "desde fuera que desde dentro", respondió ayer lunes, antes de negar una vez más la mera existencia de aquel espionaje. Ayuso "no acusó al Ayuntamiento de espiar en ningún momento ni a su entorno ni a sus familiares", añadió en defensa de sus argumentos.

nuevo plantón

La oposición madrileña se volvió a quedar ayer mismo con las ganas de escuchar las explicaciones de Carromero, que volvió a darles plantón durante la última sesión de la comisión que investiga este caso.

Por su parte, cuando el PP se encamina al congreso en el que Ayuso tomará al fin los mandos de la Ejecutiva del partido en la Comunidad, el alcalde de Madrid afirmaba que ni pide ni rechazará un cargo al lado de la lideresa popular.