Superado el ecuador de la legislatura en el Estado, tras una primera parte marcada a fuego por la afección de la pandemia, Pedro Sánchez se apresta a recoger las mieles de un bienio en el que se empezará a concretar la recuperación económica y que muy mal se tendrían que poner las cosas para que no discurra cuesta abajo. Con la aprobación de la reforma laboral con patronal y sindicatos como escudo heráldico, el presidente español aseguró ayer de forma explícita que agotará su mandato en 2023, y defendió por tanto la garantía de estabilidad que suponen "legislaturas de cuatro años y no de dos años y medio".

Lanzó así un recado al PP por la ruptura de su pacto de Gobierno en Castilla y León y la convocatoria de elecciones. Precisamente, este fue el motivo de la intervención de Sánchez ayer en Palencia, la presentación oficial del candidato del PSOE a los comicios autonómicos del 13 de febrero, Luis Tudanca. La comunidad castellanoleonesa será por tanto el campo de batalla de la política estatal en el próximo mes, a lo que seguirá, ya en el segundo semestre de 2022, las elecciones en Andalucía. El próximo año será el turno de las elecciones autonómicas y municipales, todas ellas variables a tener en cuenta por Sánchez a la hora de convocar comicios generales. Cuenta además con el comodín de la prórroga de los Presupuestos para alcanzar el final de su mandato, tras aprobar el 28 diciembre las Cuentas de este ejercicio.

En un acto que congregó a unas 800 personas, Sánchez defendió que su Gobierno está dando una "respuesta justa" a la "terrible" crisis sanitaria con reformas que, como la laboral, incorporan "todas las perspectivas, identidades y demandas". Consideró por ello que en tales acuerdos "todos tienen que ceder" y reclamó una vez más al PP que "por una vez" abandone la oposición "destructiva y vote sí" a dicha reforma. Si fue un error imponer una reforma en contra de patronal y sindicatos, votar no a una reforma acordada con los agentes sociales sería un "doble error", alegó.

Respecto a la actuación del Ejecutivo de coalición del PSOE y Unidas Podemos, lo contrapuso a los anteriores gobiernos del PP y reivindicó la "política útil y alejada del insulto" que, aseveró, ha "puesto fin a los recortes, descrédito y corrupción" de la política del PP y se ha enfrentado a la pandemia apostando por "avanzar" en vez de retroceder. Sánchez reivindicó por tanto la "salida de la crisis" que está llevando a cabo de una forma "muy distinta" a la crisis financiera de 2008. "Estamos demostrando que en lugar de recortar el estado del bienestar, recortes que aún estamos pagando, se puede robustecer", argumentó.

Así, alegó que su proyecto para España es "crecer" en los próximos dos años en los que seguirá cumpliendo la "hoja de ruta" del Gobierno de coalición que, destacó, cuenta con "buenas medidas para el país" como las ya impulsadas y con las que se ha cumplido con las mujeres, la comunidad educativa, la científica o el sector primario.

Protestas

El acto de ayer domingo no fue inmune a otra de las piedras en el camino de Moncloa, la crisis abierta por las críticas del ministro de Consumo, Alberto Garzón, a las macrogranjas. Así, a las puertas del acto del PSOE asociaciones de ganaderos y agricultores (Asaja, Upa y Coag) pidieron la dimisión del ministro con gritos, pitos, petardos y pancartas. El sindicato policial Jusapol aprovechó la coyuntura y se movilizó para visibilizar sus demandas por la equiparación salarial.

Ante todo ello, Sánchez dijo en su discurso que "hemos cumplido con los ganaderos y agricultores con esa ley de cadena alimentaria que va a permitir que no se pueda vender por un precio inferior al coste de producción", así como "con una PAC que ha garantizado los recursos económicos para las próximos años". Concluyó que la "única certeza" es que ahora existe un Gobierno que garantiza el rumbo para España. "¿Qué hay al otro lado?", se preguntó en referencia al PP.

"Estamos demostrando que en lugar de recortar el estado del bienestar, se puede robustecer"

Presidente del Gobierno español