Tras la larga noche del coronavirus, quedará el rastro de una grave crisis económica y una pérdida de empleos que el Gobierno vasco quiere amortiguar en la medida de lo posible. El lehendakari inició ayer una nueva fase en la gestión donde, además de atender la crisis sanitaria, plantea poner en marcha políticas de gasto público, abrir el grifo para invertir en políticas sociales y en la economía con el objetivo de reactivar la generación de puestos de trabajo. Iñigo Urkullu recordó que está revisando los Presupuestos vascos y aclaró que serán necesarios recursos adicionales. En ese sentido, según las fuentes consultadas por DEIA, quiere reunir la Comisión Mixta del Concierto Económico en junio para acordar unos nuevos límites de deuda y déficit con el Gobierno español, que sean más flexibles y permitan una mayor inversión pública y un mayor endeudamiento para cubrir las necesidades. Los dos gobiernos ya dejaron la puerta abierta a un acuerdo de esta naturaleza en una anterior reunión de la comisión celebrada en marzo, donde se abrieron a revisar el riguroso límite de déficit del 0% que se autoimpuso Euskadi en el caso de que hubiera un cataclismo mundial. Urkullu también ha enviado al presidente Sánchez su propuesta de fondo de recuperación europeo.

Urkullu lo planteó en la reunión entre los presidentes autonómicos y Pedro Sánchez. Aparcó el reproche político tras haber alcanzado un acuerdo para que Euskadi tenga su plan específico de vuelta a las calles, y vistió su traje más conciliador para pedir consenso e invertir. El Gobierno vasco está inmerso en la tarea de adaptar los Presupuestos de este año a la nueva situación, con la dificultad de que prevé una caída de ingresos que tendrá un impacto de unos 2.000 millones de euros en sus arcas. El lehendakari lleva muy a gala el mensaje del rigor en la gestión de lo público y la situación saneada de sus cuentas, y fue su propio gobierno quien se impuso un límite del 0% de déficit hasta el año 2023 incluido, e incluso incurre en superávit desde 2017. Pero la situación requiere un cambio y ayer defendió con intensidad las políticas “expansivas”. El Gobierno vasco esgrime a nivel interno que es precisamente la salud de sus arcas la que le va a permitir acudir al endeudamiento en mejores condiciones. También reorganiza prioridades para detraer recursos de otras partidas.

Urkullu explicó que está poniendo en marcha una “reordenación urgente” de los Presupuestos en el plano de “la ayuda asistencial, protección social y apoyo económico para ofrecer respuestas a las necesidades de las familias y el tejido productivo”. “Las instituciones tenemos un papel clave en la reconstrucción. La inversión pública es una herramienta fundamental y es a nuestro juicio el momento de invertir en el sistema sanitario, en cohesión social e igualdad y, también, en reactivación económica y empleo. Es el momento de las políticas expansivas. Toca invertir y reactivar”, defendió. Planteó “sumar salud personal y salud económica”. En este sentido, planteó a Sánchez que “son necesarios recursos adicionales”. “Los planes de reconstrucción van a depender de nuestro margen de déficit y deuda. Es necesario y urgente clarificar los límites y despejar incógnitas”, apremió.

El Gobierno vasco trabaja ya en las estimaciones de déficit y deuda que va a necesitar para afrontar la crisis, pero tiene que negociarlo con el Estado. Esta situación se arrastra desde la crisis financiera de 2008, con los límites de estabilidad que impuso la Unión Europea. Las instituciones vascas tienen en este sentido un canal privado con el Gobierno español, la Comisión Mixta, el órgano bilateral que regula sus relaciones al margen de las comunidades autónomas de régimen común. Esas comunidades tienen que acudir todas a la vez al Consejo de Política Fiscal y Financiera, un foro multilateral y sin posibilidad de tener una interlocución específica con el Estado. Con la Comisión Mixta se respeta el régimen foral vasco, que permite a la CAV recaudar sus propios impuestos. La consejería de Hacienda que dirige Pedro Azpiazu espera que la reunión sea en junio. El lehendakari aprieta a Sánchez para que no olvide este compromiso.

En la última reunión de la comisión, celebrada el 11 de marzo, pactaron los límites de deuda y déficit hasta 2023, pero dejaron la puerta abierta a ampliarlos de mutuo acuerdo. En cuanto a la deuda, se pactó un 11,8% del PIB este año, 11,4% en 2021, 11% en 2022 y 10,6% en 2023. En cuanto al déficit, acordaron un 0%, frente a otras comunidades que sí pueden incurrir levemente en esos números rojos porque parten de una situación más delicada y menos saneada de su economía. Por decisión propia, el Gobierno vasco se encuentra en superávit desde 2017. Lo que se pacte se debe trasladar al Parlamento Vasco.

A nivel europeo, Urkullu planteó ayer su documento Visión Vasca para un Fondo de Recuperación de la Unión Europea, con un nuevo pacto verde y de transición digital. “Este fondo de recuperación europea ha de servir para revertir las graves consecuencias de la pandemia, para materializar el principio de solidaridad, para salvaguardar el mercado interior y para favorecer la inversión productiva y el empleo”, expuso. El lehendakari pidió “altura de miras” y una “reflexión compartida de cara a la nueva etapa”, un “consenso entre todas y todos”.

El acuerdo entre los gobiernos vasco y español para que la comunidad pueda aplicar su propio plan de vuelta progresiva a la normalidad en las calles y pase hoy a la fase uno ha actuado como un bálsamo en las relaciones. En el habitual rito dominical de las videoconferencias de presidentes autonómicos, el lehendakari venía de pronunciar discursos muy críticos con el mando único que ha ejercido en la crisis del coronavirus el Gobierno español de Sánchez, pero en el encuentro de ayer aplaudió el acuerdo de cogobernanza allanado por el PNV.

Las críticas sí se oyeron por boca de Andalucía, la Comunidad Valenciana y la madrileña (la segunda de ellas, gobernada por los propios socialistas), que se han quedado total o parcialmente en la fase cero y sienten un agravio frente al plan a su medida que ha podido arrancar el lehendakari. La ministra Montero trató de calmar las aguas anunciando que se va a adelantar a julio una primera remesa de 6.000 millones del fondo para las autonomías, de un total de 16.000.

Urkullu celebró que Euskadi esté en la fase uno pero aconsejó “máxima prudencia, mantener el rigor y compromiso, individual y colectivo”. Valoró el acuerdo del PNV que “canaliza la interpretación de la cogobernanza”. Aclaró que la etapa sanitaria se mantiene, pero “iniciamos otra, centrada en responder a la crisis socioeconómica”.

0% del PIB

Es el límite que se autoimpuso el Gobierno vasco en la reunión de la Comisión Mixta del Concierto Económico celebrada en marzo. Ya entonces, los dos gobiernos dejaron la puerta abierta a actualizar de manera pactada ese objetivo en el supuesto de que empeorase la situación macroeconómica a nivel internacional.

11,8% del PIB

Es el límite pactado para este año entre los dos gobiernos.

Inversión

Urkullu cree que ha llegado el momento de las políticas expansivas y pide contar con un mayor número de recursos, lo que se traduce en un mayor margen para endeudarse. Se debe pactar en la Comisión Mixta. Está prevista una caída de la recaudación.

Reparto. La presidenta del Gobierno de Nafarroa, María Chivite, aludió ayer al fondo no reembolsable de 16.000 millones que el Estado va a poner a disposición de las comunidades autónomas para señalar que “necesitamos saber con qué recursos económicos vamos a contar en Navarra para atender los gastos sanitarios, sociales y de recuperación de la actividad económica”. Por ello, solicitó que “se reúna la Comisión Coordinadora, bilateral Navarra-Estado, para acordar en el marco del Convenio Económico la participación de la Comunidad foral tanto en el fondo no reembolsable como en otros fondos europeos”, defendió la presidenta socialista.

“Los planes de reconstrucción van a depender de nuestro margen de déficit y deuda. Es necesario y urgente clarificarlo”

“El acuerdo en el Congreso canaliza la interpretación de la cogobernanza”

Lehendakari