El PP se ha revuelto ante la “falta de respeto” con la que, según su parecer, está actuando el presidente español, Pedro Sánchez, de cara a su declarada intención de lograr un acuerdo entre los partidos análogo a los Pactos de La Moncloa de la Transición. Los puentes han saltado después de que la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, anunciara ayer que Sánchez se entrevistará con el presidente del PP, Pablo Casado, mañana jueves para avanzar en el gran pacto que permita sentar las bases para el día después de finalizar la crisis sanitaria. Una cita que los populares aseguran que desconocían y de la que se enteraron, por tanto, por dicha rueda de prensa, lo que demuestra la “nula voluntad” de pacto del jefe del Ejecutivo. Casado evitó confirmar si acudirá al encuentro y fuentes del PP lo supeditaron a una comunicación oficial de Moncloa para cuadrar agendas.

Este malestar supone el último capítulo de un desencuentro en el que el presidente popular reprochó ayer mismo al líder socialista que en 24 días solo han hablado por teléfono “un par de minutos”, lo que se suma a sus dudas por el contenido de estos pactos. Antes de la rueda de prensa de Montero, Casado puso sus cartas sobre la mesa y propuso consensuar un “plan de choque urgente” sobre material sanitario, test y ayudas para los desempleados y las personas que “peor lo están pasando” por la pandemia. En una visita al Centro de Pantallas de Control de Madrid, planteó por ello dejar para después los Pactos de La Moncloa que están sobre la mesa.

Por su parte, María Jesús Montero desveló tras el Consejo de Ministros la intención de Pedro Sánchez de arrancar mañana con Pablo Casado, como presidente del principal partido de la oposición, la ronda de contactos para forjar un pacto de Estado de cara a la reconstrucción tras la crisis. Dichas reuniones proseguirán el viernes con el resto de partidos del arco parlamentario, también los independentistas, de mayor a menor representación.

La ministra portavoz, que reconoció que los gabinetes de los partidos aún no se habían puesto en contacto para fijar las citas, dejó asimismo claras las líneas rojas del Gobierno de coalición: Sánchez no prevé romper con el líder de Unidas Podemos y vicepresidente segundo Pablo Iglesias y los acuerdos supondrán aprobar los Presupuestos para ponerlos en marcha. También pidió a Casado que acuda al encuentro en Moncloa sin poner ninguna condición y con “espíritu constructivo y de arrimar el hombro”. “No se trata del cortoplacismo, sino de tener altura de miras”, subrayó Montero.

La alusión a que se mantendrá el acuerdo de gobierno con Unidas Podemos era una respuesta directa a la fundación FAES que preside José María Aznar, que emplazó a Pablo Casado a acudir a la cita con Pedro Sánchez pero con un pacto PSOE-PP como primer punto entre los temas a tratar. “Si Sánchez plantea los pactos como una forma de apuntalar su fórmula de gobierno con Podemos y los demás acompañantes, simplemente fracasará”, asegura FAES en el editorial titulado Hablando de pactos. Sostiene a su vez que los pactos de Estado “por definición, se concluyen entre quien gobierna y quien puede gobernar” y alerta de que “sería inadmisible aprovechar la crisis para abrir la Constitución, o para supuestos nuevos arreglos territoriales que estarían condicionados por las urgencias confederales del PNV y por el secesionismo de los nacionalistas catalanes”.

Sin embargo, la forma de dar a conocer el inicio de la ronda de contactos ha supuesto una primera piedra en el camino entre el Ejecutivo de Sánchez y el PP. Tanto es así que fuentes de Génova citadas por Europa Press aseguraron ayer que “este partido ha tenido una trayectoria institucional demasiado relevante en los últimos 40 años como para consentir más desplantes e insultos de este Gobierno”.

Reivindicaron que esta ronda se lleve a cabo “a través de un acuerdo previo con un mínimo de respeto al principal partido de la oposición” y censuraron que esta forma de proceder de Pedro Sánchez “demuestra su nula voluntad de pacto”, así como “una arrogancia e incapacidad que dificulta cualquier colaboración con la oposición”. “Cuando nos llamen para ver la agenda, se decidirá” si Casado acude, zanjaron.

Pide amparo a Batet. EH Bildu se dirigió ayer a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para pedir amparo ante las amenazas del Sindicato Unificado de Policía (SUP) al diputado de la formación Jon Iñarritu. El grupo se refería a lo sucedido el 12 de abril cuando el diputado se hizo eco en redes sociales de una respuesta a una interpelación parlamentaria según la cual se repartieron 1.200 pistolas eléctricas entre las fuerzas de seguridad del Estado. Según Bildu, “el SUP respondió a dicha información invitando al diputado vasco a hacerle una demostración de estas armas e incluso a probar sus efectos”, lo que calificó de “inaceptable e inaudito”.

“Una izquierda sectaria en un gobierno fallido son interlocutores muy poco prometedores”

Editorial

“No se trata solo de acudir a esta cita sino de hacerlo con el espíritu de arrimar el hombro”

Portavoz del Gobierno español