bilbao - A tenor de las intervenciones que ha realizado esta semana, Pedro Sánchez es optimista respecto a cerrar un acuerdo con ERC y se sitúa ya en el escenario de formación de un Gobierno a dos bandas con Unidas Podemos. Ayer insistió en mirar al futuro y, con motivo del aniversario constitucional, anunció su intención de poner en marcha un Ejecutivo que tenga como bandera “el pacto entre diferentes” y el “diálogo”. Sánchez, sabedor de que si logra desbloquear la legislatura necesitará constantemente de apoyos externos puntuales, apela ahora al entendimiento con las formaciones soberanistas y regionalistas con las que tendrá que articular mayorías en el Congreso.

Así se pronunció el presidente en funciones en una declaración institucional antes de asistir al acto del Día de la Constitución en la Cámara Baja. En su discurso, reivindicó la Carta Magna en clave social y puso en valor “la vigencia y la fortaleza” de sus derechos y libertades, entre los que se refirió a la “igualdad real” entre hombres y mujeres, así como al derecho al empleo, la vivienda y las pensiones dignas, y a la educación y sanidad pública de calidad. Pero Sánchez no eludió el problema territorial y aseguró que se trata de una “mancha” en la actual situación política del Estado. De cualquier manera, optó por diluirlo equiparándolo a retos como el demográfico o al problema de la despoblación en la España rural.

Sin embargo, es el problema territorial el que condiciona ahora mismo la gobernabilidad, debido a que el desbloqueo de la investidura depende de la negociación con Esquerra. A este respecto también se refirió Sánchez en conversación informal con los medios de comunicación, donde apostó por solucionar la “crisis política y territorial”, y destacó que la tercera reunión entre socialistas y republicanos, que tendrá lugar el próximo martes, se celebrará en Barcelona en lugar de en Madrid. Aunque el hecho de que el encuentro se celebre en la capital catalana se lee como señal de que las conversaciones avanzan en buena dirección y el acuerdo podría ser cercano, el líder del PSOE no quiso avanzar si la cita será la definitiva ni aventurar si su reelección se producirá antes o después de las navidades.

En un primer momento, se descartaba que la sesión de investidura se convoque en el periodo navideño. La idea era que, si se alcanzaba en los próximos días un acuerdo con ERC, la reelección de Sánchez se produjera en la semana del 16 de diciembre. En caso contrario, habría que esperar al mes de enero. Esa es la versión oficial, pero ayer por la tarde circuló la idea de que puede ser entre Nochebuena y Nochevieja. Desde el PSOE apelan a la responsabilidad de los republicanos, pero recuerdan que hay fechas clave en el calendario que condicionan al independentismo.

dos fechas clave Hay dos fechas marcadas en rojo para los soberanistas catalanes, muy apretadas en el calendario. El próximo 19 de diciembre el Tribunal de Justicia de la UE decide sobre la inmunidad y la condición de eurodiputado de Oriol Junqueras, cuestión que afecta también al expresident Carles Puigdemont y al exconseller Toni Comín. Dos días más tarde, el 21, ERC afronta su Congreso Nacional, en el que los republicanos tomarán el pulso a su militancia y comprobarán qué respaldo suscita la opción de facilitar la investidura de Pedro Sánchez.

Mientras tanto, en el PSOE consideran que postergar el acuerdo y la investidura es perjudicial para las dos partes, ya que la presión y el debate continuo en la esfera pública desgastan por igual a ambas formaciones. De cualquier forma, los socialistas reiteran que la negociación va por el buen camino y destacan que, pese a las diferentes sensibilidades existentes en ERC, en las conversaciones hablan con una sola voz.