bilbao - PNV y EH Bildu acudieron ayer al Congreso de los Diputados para recoger sus actas y ofrecer unas primeras pinceladas sobre la vocación con la que trabajarán en la nueva legislatura estatal. Fueron declaraciones breves y medidas porque el escenario está aún muy abierto, y Pedro Sánchez, que repetirá como candidato a la investidura, aún no ha despejado su política de alianzas ni los grupos que están llamados a influir. El PNV, que fue uno de los socios más leales del socialista desde la moción de censura, abogó por “hacer política e intentar llegar a acuerdos”, lo que confirma su apuesta por mantener su influencia en Madrid. La izquierda abertzale dejó la puerta abierta a apoyar su investidura si afronta el asunto de los presos y el derecho a decidir, pero no pudo ofrecer una respuesta concluyente porque la idea es que se produzca una acción conjunta con ERC, aunque todavía no está claro si compartirán grupo. De ahí que la acción de Bildu no esté del todo definida aunque aspira a influir para disputarle ese espacio al PNV. El panorama no está despejado en el nacionalismo catalán, que se debate entre el posibilismo y la confrontación, y ayer ERC anunció, por ejemplo, que tumbaría la designación del socialista Iceta al frente del Senado.

El PSOE ha dejado abierto de manera deliberada el escenario de los pactos en el reparto de asientos en la Mesa del Congreso. Ayer se confirmó que solo tendrán representación los cuatro grandes partidos españoles (PSOE, Unidas Podemos, PP y C’s, con dos asientos cada uno más la presidencia socialista). Este reparto es un no acuerdo porque se limita a dejar fluir de manera natural los acontecimientos y no alterar la representación que corresponde a cada grupo por su peso en el Congreso. PP y C’s, de hecho, no consideraron que haya habido negociación ni pacto. Lo que sí hace Sánchez es evitar forzar la situación y ceder un escaño propio o quitárselo a C’s para dárselo a los soberanistas catalanes de ERC, lo que le hubiera amargado el tramo final de la campaña porque la derecha española hubiera agitado el fantasma del pacto con los independentistas.

Tampoco tendrá representación el PNV, que nunca la pidió. A diferencia de lo que sucedió con ERC, con quien el PSOE trató de rebajar los contactos, en el caso de los jeltzales el socialismo aireó las conversaciones y dejó ver que se siente cómodo. El PNV sí aspira a mantener su puesto en la Mesa del Senado y sigue negociando.

Con este reparto, Sánchez lo deja todo en tablas y no aclara cuál es su mayoría predilecta: puede sumar cinco escaños sobre nueve en la Mesa con Unidas Podemos, pero también con C’s. El PSOE ha evitado quitar un escaño a C’s, al que podría necesitar más adelante. El socialista no ha despejado si quiere gobernar con el partido naranja, que en principio mantiene su veto pero que le brindaría una holgada mayoría absoluta; con Unidas Podemos y ERC, o en minoría apoyado en la coalición morada, el PNV y los representantes de Cantabria y Canarias. La constitución del Congreso y el Senado será el martes, y también se conformarán las mesas, que son los órganos de gobierno encargados de decidir sobre la tramitación de las leyes y los ritmos.

Los seis diputados del PNV acudieron ayer a recoger las actas del Congreso. El portavoz, Aitor Esteban, aseguró que acuden “con ilusión, ganas y el mismo espíritu de siempre, de hacer política e intentar llegar a acuerdos porque así es como se puede avanzar”. Esteban fue requerido por los periodistas para que aclarase si cree que volverán a tener protagonismo en esta legislatura, como ya sucediera en la pasada, donde sus votos tenían la llave. El jeltzale rechazó ejercer de adivino y no quiso generar expectativas. Dijo que ya se verá en las próximas semanas. Sánchez no tiene intención de concretar sus pactos hasta después de las elecciones municipales.

Esteban confirmó que su grupo ha tenido conversaciones con el PSOE sobre “temas de organización de la institución”, y también que el PNV no ha pedido ningún puesto en la Mesa. Además, aseguró que las conversaciones seguirán, pero no quiso colocarse ya en el escenario de la investidura. Sí confió en que la legislatura “sea un poco más tranquila que la anterior” y garantizó que el PNV “estará ahí en los debates y en los acuerdos porque siempre hacemos política”.

¿grupo con erc? EH Bildu acudió con sus cuatro diputados, pero también con su senador. La coalición, que apuesta por trasladar una imagen pragmática y pactista tras décadas de presencia intermitente en Madrid y de críticas al PNV, se mostró dispuesta a apoyar la investidura de Sánchez si se abre a dialogar sobre los presos y el derecho de autodeterminación de Euskadi y Catalunya, tal y como defendió Mertxe Aizpurua. También confió en ser determinante. EH Bildu dijo que a esas alturas aún no había recibido ninguna llamada del PSOE y tampoco confirmó si habrá grupo propio con ERC. Además, intentarán mantener una posición conjunta en las votaciones.