Tegucigalpa - Honduras hace frente a una grave crisis en su sistema penitenciario después de que enfrentamientos en dos cárceles del país hayan dejado 37 muertos y una veintena de heridos durante el fin de semana, hechos que las autoridades atribuyen a grupos criminales. Al menos 19 reclusos fallecieron el domingo en una pelea entre bandas rivales en la cárcel del municipio de El Porvenir, departamento central de Francisco Morazán, que se suman a otros 18 presos muertos el viernes en un tiroteo en otra prisión del Caribe del país.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas de Derechos Humanos (OACNUDH) señaló que "observa con alarma la violencia dentro de los centros penitenciarios" del país centroamericano, que albergan a unos 22.000 presos, de los que más de la mitad no han sido condenados. Instó, asimismo, al Estado de Honduras a "garantizar la vida y respeto de los derechos humanos de los privados de libertad y a proceder a una investigación pronta, eficaz y transparente" para esclarecer los hechos.

Las dos matanzas en las cárceles es el reflejo de una "escalada" de grupos criminales que buscan evitar que las autoridades tomen control de los presidios, argumentó por su parte la Comisión Interventora del sistema penitenciario de Honduras. "Que estas acciones violentas son una escalada del mundo criminal para tratar de evitar que la Comisión Interventora del Instituto Nacional Penitenciario a través de Fusina (Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional) imponga los controles necesarios en los centros penitenciarios del país", indicaron autoridades de la junta en un comunicado. Reiteró también su compromiso de "corregir las fallas que han generado la problemática en el sistema penitenciario y realizar los correctivos necesarios en el marco de la ley".

La portavoz del Hospital Escuela de Tegucigalpa, Julieth Chavarría, elevó ayer a 19 reos el número de reos fallecidos en la cárcel de El Porvenir. La matanza, cuyas causas aún se desconocen, ocurrió pese a que el control de seguridad del presidio fue asumido la semana pasada por una Comisión Interventora nombrada el pasado día 17 por el poder Ejecutivo. El Gobierno hondureño inició en 2017 una transformación del obsoleto sistema penitenciario, al que declaró la semana pasada en emergencia y nombró una Comisión Interventora para tomar el control de las cárceles. Esta comisión ha tomado, por el momento, el control de al menos cinco de una treintena de prisiones, que albergan a unos 22.000 reclusos, cuando su capacidad máxima es de 8.000.

En la mayoría de las cárceles impera la superpoblación y el hacinamiento, la falta de instalaciones adecuadas, de condiciones de higiene y salubridad, lo que han reconocido las autoridades hondureñas. "Ya basta de tanta muerte" en el sistema penitenciario, pidió el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras, Hugo Maldonado. - Efe