Bruselas - Apple sienta en el banquillo a la Comisión Europea. La empresa creadora del iPhone ha solicitado al Tribunal General de la Unión Europea que anule la sanción impuesta por Competencia y que obliga a la compañía a devolver a Irlanda 13.000 millones de euros supuestamente evadidos en impuestos. Un caso que ha sentado precedente en suelo comunitario y que marcará el devenir de la futura política fiscal de la UE.

El próximo martes 24 será el día del veredicto. El Tribunal General de la Unión Europea, con sede en Luxemburgo, deberá dictaminar si la mayor multa de la historia contra una empresa tecnológica, la interpuesta por la Comisión Europea contra Apple en 2016, fue legal o no. Una sanción por valor de 13.000 millones de euros después de que, supuestamente, el gigante tecnológico norteamericano recibiera beneficios fiscales “ilegales” por parte del Gobierno de Irlanda.

La compañía estadounidense y el propio Estado miembro han llevado a la Comisión Europea ante el segundo tribunal de Luxemburgo con la intención de que anule la orden que obliga a la compañía que dirige Tim Cook a devolver al fisco irlandés la cantidad “supuestamente” evadida.

El caso ha abierto también una disputa entre la UE e Irlanda. Dublín es una de las capitales con una política fiscal más laxa en todo el continente, lo que les convierte en destino por excelencia para numerosas multinacionales. Sin embargo, Paul Gallagher, abogado del Estado miembro ha asegurado durante el juicio que la Comisión ha sido “incapaz” de demostrar que una sola empresa haya recibido un trato más desfavorable que Apple y que, por tanto, es la “reputación de Irlanda la que ha sido severamente criticada”, añade el letrado.

Por su parte, Daniel Beard, abogado de la firma con sede en Cupertino (California), ha acusado al Ejecutivo de “contar cuentos de hadas” y que no se produjo una “derogación” de la normativa irlandesa.

El caso arrancó en 2016, cuando el equipo de Margrethe Vestager, comisaria de Competencia, acusó a los creadores de iPhone de beneficiarse de una fiscalidad ventajosa en Irlanda por la que apenas pagaban impuestos desde mediados de los 90. Entre los argumentos esgrimidos por el Ejecutivo comunitario se señaló que durante el ejercicio 2014 la empresa norteamericana solo pagó un 0,0005 % de impuestos por su actividad.

Un caso que sentó precedentes en suelo europeo y que dio pie a una de las mayores cruzadas del Ejecutivo comunitario en los años recientes, la de la comisaria danesa, contra la evasión fiscal de las grandes empresas tecnológicas, especialmente contra las estadounidenses. Y un caso que ha abierto un frente más entre las ya de por sí tensas relaciones entre los antaño socios preferentes, Estados Unidos y la UE.

Donald Trump ha acusado a las autoridades europeas de lanzar una caza de brujas contra las grandes compañías norteamericanas que, según el líder estadounidense, deberían “pagar sus impuestos en América”.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha colocado a Margrethe Vestager en el centro de sus críticas. En una entrevista con la cadena Fox en el mes de junio, Trump habló de “una mujer en Europa” que, según el presidente, “odia a los Estados Unidos, tal vez más que cualquier persona que haya conocido”. “Hay una mujer en Europa, de la que no diré el nombre, pero que está siendo considerada para sustituir a Juncker que probablemente sea la persona que más odia a Estados Unidos”, afirmó.

Mientras que Vestager se ha ganado el respeto dentro del bloque comunitario por plantar cara a los gigantes como Google, Amazon y Apple, al otro lado del Atlántico no ven su labor como comisaria con buenos ojos. “Ella está demandando a todas nuestras compañías “, apuntó Trump, quien también sugirió que las acciones legales contra estas firmas deberían ser competencia de Estados Unidos y no de la Unión Europea.

La decisión que adopte el segundo tribunal de Luxemburgo la próxima semana puede suponer un vuelco a las aspiraciones en política fiscal de la UE pero, sobre todo, puede poner en jaque el legado de uno de los pesos fuertes de la actual Comisión Juncker y el futuro equipo de Ursula von der Leyen.

Vestager, una de las candidatas a suceder a Juncker al frente del Ejecutivo europeo, ha liderado en los últimos años algunas de las batallas legales más intensas de la Comisión. Además de la multa a Apple, la danesa se ha enfrentado con multas millonarias a otros gigantes como Google -por abuso de posición dominante a través de Android- o Fiat y Starbucks- también por evasión fiscal. Sin embargo, su lucha contra los monopolios y los abusos de poder de las grandes empresas también le ha llevado a enfrentarse con pesos pesados europeos, como los Gobiernos de Francia y Alemania, especialmente críticos con su veto a la fusión de las empresas ferroviarias Siemens y Alstom.