Estambul - El Gobierno de Turquía suspendió ayer de sus funciones a los alcaldes de Diyarbakir, Mardin y Van, las tres mayores ciudades de población kurda en el sureste del país, y nombró funcionarios de Interior para asumir sus funciones.

Unidades policiales rodearon los edificios de las alcaldías ayer al amanecer e informaron a los regidores de su destitución temporal. Los afectados son Selçuk Mizrakli, alcalde de Diyarbakir, una ciudad de aproximadamente un millón de habitantes que se considera la “capital” de las regiones kurdas del sureste de Turquía; Bedia Özgökçe Ertan, alcaldesa de Van, la segunda mayor ciudad de la región, y el veterano político Ahmet Türk, alcalde de Mardin.

Los tres pertenecen al Partido Democrático de los Pueblos (HDP), la formación de la izquierda prokurda, tercer partido del Parlamento turco con un 12% de los votos a nivel nacional en las últimas elecciones.

Según un comunicado del Ministerio del Interior, reproducido por NTV, los tres alcaldes están involucrados en numerosas investigaciones judiciales por “propaganda terrorista”. El Gobierno considera que el HDP mantiene vínculos con el proscrito Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda de Turquía, y mantiene desde 2016 en prisión preventiva a varios de sus máximos dirigentes, como el exlíder Selahattin Demirtas.

Las autoridades han transferido las funciones de la alcaldía a los gobernadores de las tres provincias, un cargo no electo dependiente del Ministerio del Interior.

En una nota remitida a la prensa, el Ministerio acusa a los alcaldes de haber utilizado las estructuras municipales a favor del PKK y subraya especialmente que los regidores “asistieron a funerales de terroristas”, sustituyeron nombres nacionalistas de calles o plazas con los de personas encarceladas y cantaron himnos utilizados también por el PKK.

“gesto hostil” El HDP, por su parte, denunció las destituciones de los alcaldes como “un claro golpe de Estado político” y “un gesto claramente hostil contra la voluntad política del pueblo kurdo”. En un comunicado, el partido prokurdo acusa al Gobierno turco de “usurpar la voluntad popular y de arrebatarle mediante la violencia estatal, la fuerza y el engaño lo que no pudo ganar en las elecciones”.

También el alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, destacada figura del partido socialdemócrata CHP, condenó la destitución de los regidores, subrayando que “es inexplicable con prácticas democráticas” y que es “inaceptable aniquilar la voluntad del pueblo”.

Al mismo tiempo que se producían las intervenciones en las alcaldías, la policía lanzó redadas en 29 provincias del país para detener a supuestos “simpatizantes del PKK”, lo que ha supuesto además el arresto de 418 personas, la mayoría en Diyarbakir, Mardin y Van, en una amplia actuación policial, según informó la agencia turca Anadolu.

No es la primera vez que Interior destituye a alcaldes del HDP para reemplazarlo por gobernadores: en otoño de 2016, más de treinta alcaldes y alcaldesas fueron alejados de sus cargos, pero el partido recuperó la mayoría de estas alcaldías en las elecciones locales de 2019.

Las destituciones y redadas llevadas a cabo por el Ministerio de Interior desencadenaron numerosas protestas que fueron duramente reprimidas. En Diyarbakir se registraron enfrentamientos entre policías y cientos de personas. La policía utilizó cañones de agua y detuvo a varias personas que se manifestaban contra la destitución de los alcaldes del HDP. En Estambul numerosas personas se concentraron frente a la sede del partido. - Efe