Bilbao - Tenía dos objetivos claros, participar y, si era posible, ganar El conquistador del Caribe, y ser madre. El último de sus deseos verá la luz a finales de agosto ya que sale de cuentas el día 30 de ese mes. Es monitora en el polideportivo de Astigarraga y tenía una buena preparación física para afrontar el reto de este reality de supervivencia.
¿Cómo ha sido la aventura?
-Es una experiencia muy buena, dura, pero bonita. He disfrutado mucho y me lo he pasado muy bien mientras estaba dentro y después, cuando lo hemos visto todos en televisión.
¿No pensó que la expulsarían en alguna ocasión?
-Me nominaron en la tercera semana y pensaba ya que me tenía que ir para casa, pero al final me quedé y he durado hasta el final.
¿Momentos difíciles?
-Algunos sí, claro que sí hay momentos que no son agradables, llegas a un punto en que estás muy cansada? Pero yo me quedo con los buenos ratos, esos que a pesar de todo lo que pasa a tu alrededor estás haciendo unas risas, te olvidas de que hueles mal o de que la ropa que tienes está sucia.
¿Qué ha sido lo peor? ¿El hambre?
-Se come poquísimo, pero eso no ha sido lo peor. Si tengo que elegir, lo peor son las picaduras de los bichos. Te picaban sí o sí, de ellos no te librabas tan fácil.
¿Cuántos kilos perdió?
-En total ocho kilos, pero los cogí enseguida, en cuanto salí y un mes después me quedé embarazada. Mira, cuando te apuntas a El conquistador sabes a lo que vas, es la catorce edición, no te puede pillar de nuevas lo que ocurre; desde luego que no es un destino de vacaciones. De todas formas, el hambre lo he llevado mejor de lo que esperaba; pero el tema de las mosquitos, muy mal. Al final, ya empiezas a tener hambre.
¿Echaba de menos algo?
-Como todo el mundo a la familia y amigos, es un mes, que tampoco es que te vayas media vida; pero otra cosa que llevaba mal era la falta de actividades, los tiempos muertos, estar con la esterilla mojándome; las noches son muy largas y duras. Al final, se aguanta como se puede y se tira hacia delante.
¿Desde cuándo quería ir a este programa?
-Siempre he tenido dentro la cosa de ir, desde las primeras ediciones. Tenía la ilusión de ir a El conquistador pero el trabajo o motivos varios me lo han impedido hasta esta ocasión y mira, he conseguido ir y he conseguido ganar.
¿Qué fue lo que le animó en esta ocasión a lanzarse a la aventura?
-Que tengo ya una edad, 35 años, y quería ser madre. Me presenté y me cogieron, pero siempre he querido ir a este espacio que sigo todos los años en televisión.
¿Qué es lo primero que hizo cuando salió de la selva? ¿Comer y comer?
-No, eso después. Lo primero una buena ducha y coger mi ropa limpia, ropa que oliese bien, es que allí olía fatal? Después de todo esto, comer. Comes tan bien cuando sales de allí que enseguida ganas lo que has perdido durante ese mes en la selva, yo he ganado los ocho kilos que perdí en El conquistador más los seis de embarazo.
¿Cómo vivió la prueba final?
-Fue espectacular, bonita y dura?
Dicen que ha sido la más dura y peligrosa de todas las ediciones.
-Eso parece. Había que recoger los banderines en una zona muy peligrosa y luego estaba la tirolina de 250 metros, ¡madre mía, no se acaba nunca! Pero fue emocionante. Viví con mis compañeras momentos incomparables mano a mano. Tuvimos que tener mucho cuidado para no caernos, para no hacernos daño. Fue peligroso.
¿Algún percance? ¿Alguna lesión?
-En la última tirolina me quemé en la pierna, un poco más arriba del talón de aquiles. Cuando volví a casa se me infectó, me dio fiebre, hasta 39. Ahora tengo la marca.
¿Qué va a hacer con el dinero que ha ganado?
-Siempre me ha gustado mucho viajar, pero también es cierto que con el nacimiento de la niña tenemos muchos gastos.
¿Qué nombre han elegido para su hija? ¿Se puede decir?
-Pues decir no, porque no sabemos aún qué nombre le vamos a poner. Estamos entre cuatro: June, Sara, Noa y Gabi. Pero es un punto muerto en el que estamos atascados.
¿Sueños cumplidos?
-Algunos sí. Al final va a ser mi año, eso me decía mi hermana. Hay que disfrutar el momento, luego ya vendrán otros sueños que no se cumplen.
¿Le costó guardar el secreto?
-Claro. El primer día llegas muy segura, con el subidón, muy contenta y lo quieres contar todo; pero cuando pasan unos días te olvidas y vuelves a tu rutina. Van pasando los días y lo ponen en la tele y empiezas a escuchar las opiniones: si eres favorita, si no lo eres; si lo haces bien, si lo haces mal... Es divertido escuchar los comentarios y ver que unos aciertan y otros no tienen ni idea de lo que está sucediendo. Cuando todo el mundo se entera es muy bonito, ya no tienes que tener miedo a que se te escape.
¿Se lo dijo a alguien?
-Sí, a mi pareja, a mi madre y mi hermana, pero ellos no dijeron nada a nadie. El secreto estaba bien guardado, pero quizá es más cómodo ahora que lo sabe todo el mundo.
¿Se sintió favorita en algún momento?
-Me sentí bien cuando gané. La verdad, estoy muy orgullosa de haber aguantado hasta el final y, sobre todo, haber ganado.