El obrador Chocolates de Mendaro, situado en la localidad guipuzcoana que le da nombre al negocio, fue completamente desvalijado durante la madrugada del domingo al lunes, según informaron ayer sus propietarios y la Ertzaintza. Estanterías, repisas y cajones quedaron vacíos para sorpresa de los empleados. Solo se olvidaron una enorme pelota de chocolate.

Cuando la encargada de la tienda acudió ayer por la mañana a su puesto de trabajo, advirtió que la cerradura estaba forzada. Ante la evidencia de un robo, inmediatamente dio el aviso a la Ertzaintza, que llegó al lugar a las 10.00 horas, junto con un cerrajero. Una vez que consiguieron abrir la puerta, la sorpresa fue mayúscula. “No han dejado ni una sola tableta, ni un bombón”, afirmó María Sáinz Gerons, una de las hermanas que regenta el negocio familiar. “Estaba todo revuelto, cosas por el suelo y la tienda vacía”, recalcó. Ni rastro de tabletas de ninguno de los sabores, ni de bombones de licor o naranja, tampoco de trufas, ni de las últimas figuras de pascua que sobraron tras las vacaciones. Lo único que dejaron en el local fue un gran balón de chocolate, posiblemente porque los ladrones no repararon en que era comestible y no decorativo.

En total, sustrajeron 350 tabletas de sabores (con leche, blanco y negro, y frutos secos), unas 150 tabletas de chocolate a la taza, 50 bolsas de cacao amargo y azucarado, y unas 30 bolsas de surtido de bombones, según informó Quique Sáinz Gerons, otro de los hermanos propietarios. De hecho, calculó que estos productos sustraídos tienen un valor de entre 7.000 y 8.000 euros.

Piezas de valor histórico Además, de los dulces, también desaparecieron elementos de decoración, antigüedades pertenecientes a la familia durante generaciones, cafeteras, chocolateras, piezas de cobre y cajones de un mueble del siglo XVIII. “No es un museo, pero esas piezas tienen un valor histórico y sobre todo sentimental para la familia”, lamentó Quique. Robaron el teléfono inalámbrico, aunque dejaron la caja registradora y no accedieron a la parte de la fábrica. Por otra parte, también se colaron en la vivienda que posee esta familia anexa al obrador, de donde se llevaron efectos personales, entre ellos una pulsera. Y el Restaurante Landa, próximo al negocio, también amaneció con la cerradura forzada. Y es que Quique reveló que en la zona existe cierta “alarma” por los robos. “Algún día te podía tocar a ti”, admitió, pues es la primera vez que Chocolates de Mendaro sufre un robo. “Pero una cosa es que te roben y otra que se lleven todo el chocolate”, exclamó. Para su hermana María ha sido “un shock”. “Es increíble, suena a risa, como si el chocolate fuera una joya”, apuntó con humor.

Por su parte, los agentes de la Er-tzaintza procedieron a hacer labores de investigación para encontrar evidencias. De hecho, dieron con algunas huellas concluyentes en la caja registradora y en un aparato de música, que probablemente tenían la intención de llevarse, pero se les olvidó en el interior del local.

Los propietarios de Chocolates de Mendaro hicieron un llamamiento a la población de los alrededores ante una posible reventa de sus productos. “Si alguien ve que los venden de forma fraudulenta en mercadillos o ferias, queremos decir que no los compren y avisen a la Er-tzaintza”, animó María.