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Antonio Polo: “El futuro de la humanidad pasa por recuperar valores”

Antonio Polo: “El futuro de la humanidad pasa por recuperar valores”Foto: Borja Guerrero

Bilbao - No era aquel su propósito cuando llegó a los pies del volcán Chimborazo. A Antonio Polo, salesiano veneciano ordenado en 1967 le habían dado una encomienda: colaborar durante cuatro meses en la construcción de una casa comunal en Salinas de Guaranda (Ecuador), una tierra donde las mañanas arden y las tardes destemplan. “Fuimos poquito a poco”, recuerda el padrecito, como le llaman en aquellas tierras. Un poquito a poco que fue alargándose hasta completar los 45 años de asiento en aquellas tierras y la creación de la marca El Salinerito, una suerte de embajador de esta localidad ubicada a 3.500 metros sobre el nivel del mar.

¿Qué le retuvo aquel primer año?

-Cuando terminamos la obra, la gente vio en esa casa un espacio para tener identidad fuera de la hacienda, del latifundio, y emprender un camino libre. Por eso me quedé un tiempito más.

Y decidió emprender un nuevo proyecto...

-Un proyecto no, una experiencia de vida. No teníamos ni carreteras... Con decirlo que algunas autoridades desconocían la existencia de una población indígena en esta zona geográfica. Decidimos vivir la experiencia de salir juntos de la pobreza.

El pueblo, supongo, se sumó pronto a su plan

-¡Confiaban en que tuviésemos un plan! Monseñor Cándido Rada nos alentó a que pensásemos en nuevas fórmulas y así, poco a poco, fuimos buscando posibilidades para que nadie quedase atrás.

¿Qué imagen le impactó de aquellos días?

-Había 30 chozas sin chimenea y de cada una de ellas salía una columna de humo que, en el cielo, se unían como una gran fumarola. Aquello parecía una oración.

¿Cuál fue el camino?

-Fue clave tener miras altas. Para llegar alto hay que dar pequeños pasos y caminar. No debemos pensar que los pasos pequeños son inútiles; incluso los tropiezos ayudan

Su mensaje y su obra recuerdan a la Teología de la Liberación...

-La economía solidaria tiene algo de eso, sí. La Iglesia no es una fortaleza que haya de defenderse. Es más fácil amar a una Iglesia que se entrega que a una Iglesia que se defiende.

¿Entendieron pronto su mensaje?

-El mío no, el nuestro. La gente vivía, como le dije, en un latifundio y oían rezar. “Padrenuestro...”, si pero todo lo demás mío. Venían del yo, yo, yo.

El tiempo le dio la razón. ¿Es fácil sostenerla hoy, más de 40 años después?

-Es distinto. Al principio era una necesidad: salir del hambre. Ahora es una opción, algo que un joven de hoy tiene que ver y sentir como una oportunidad de vida.

Apoyada en...

-En los valores. La opción viene de ahí. En realidad el futuro de la humanidad pasa por recuperar valores que se han perdido.

¿Cuál es el que entiende que más urge reencontrar?

-Que se puede vivir bien prescindiendo de muchas cosas, ser felices con mucho menos.

¿Lo siente en Salinas?

-Veo a los niños en la calle que juegan y se ríen, veo calidad de vida. Ese es el camino.

salesiano veneciano, premio txemi cantera economía social 2015