En la medida de que el COVID-19 lo permita, aunque sea con mascarilla como parte del disfraz, muchas personas seguirán celebrando Halloween la noche del sábado, 31 de octubre, aunque la fiesta tendrá que acabar mucho antes este año tras las medidas de estado de alarma. Cabe recordad que el toque de queda está establecido ntre las 23 horas y las 06.00 horas.

Pero a la hora de buscar el disfraz más original y terrorífico, hay que tener en cuenta los problemas de salud que esto puede acarrear, no sólo para el prójimo, por el susto que reciba a la hora del “truco o trato”, sino para el propio. Y es que en muchas ocasiones, se opta por lentillas de fantasía como mejor complemento y maquillajes aterradores, que se compran en bazares o por internet sin apenas medidas de seguridad.

Las lentillas de colores

En primer lugar, los oftalmólogos alertan del riesgo que conlleva el riesgo del mal uso de las lentillas, que ya de por sí son un producto delicado. “La venta de este tipo de lentes por internet, en bazares o en tiendas sin la supervisión de un especialista está ampliamente extendida, pese a que la legislación española la prohíbe por tratarse de productos sanitarios.

Además, el hecho de que el usuario de este tipo de lentillas haga un uso esporádico de ellas, dispara el riesgo y las complicaciones como consecuencia de la mala utilización de las mismas”, explica la doctora Bárbara Berasategui del ICQO. El motivo no es otro que el desconocimiento de los cuidados y el mantenimiento que requieren estas lentillas.

Por todo ello, desconocen que “es un producto sanitario de adaptación individualizada y deben cumplir los mismos requisitos que las lentillas graduadas”, explica la doctora Bárbara Berasategui. Y ese desconocimiento puede provocar problemas. A veces de gravedad.

En general, las lentillas han supuesto un gran avance y hoy en día ayudan a millones de personas en su vida diaria y les aporta calidad de visión y comodidad. Pero sus ventajas no pueden hacernos olvidar los cuidados que se deben aplicar al utilizarlas y los riesgos que entrañan. El uso incorrecto de las lentes de contacto, sin supervisión de un especialista, puede provocar que ésta no se corresponda con el radio de curvatura en el ojo. Se crea un efecto de vacío, de ventosa, impidiendo que entre oxigeno, la conocida como hipoxia corneal.

LENTES CONTAMINADAS

Otro riesgo, muy grave, es cuando la lente está contaminada. Como afirma la experta del ICQO, “hay veces que los usuarios no las limpian bien, o se les cae y la limpian con agua para volver a usarla. Esto es un gran error. Con esto, se puede producir una queratitis bacteriana que puede degenerar en una pérdida importante de visión”.

Como señala en ese sentido la especialista, “las lentes cosméticas exigen el mismo nivel de atención y consideración que las lentes de contacto por problemas de visión, dado que se puede causar un daño ocular permanente por su mal uso o un mal mantenimiento. Cualquier lente de contacto es un dispositivo que necesita ‘receta médica’ y un ajuste e indicaciones adecuadas por parte de un profesional del cuidado de la vista. El problema es que -continúa-, que hay quien las vende y los usa como si fuesen cosméticos y no lo son”.

Cuidado con el maquillaje

Además, hay que tener en cuenta que los productos cosméticos que se utilizan en Halloween para las caracterizaciones de los personajes pueden dañar nuestros ojos y párpados “debido al riesgo potencial de contaminación al contacto con la superficie ocular y la película lagrimal”, por lo que también hay que prestar a esto mayor atención.

Es más. El uso de maquillaje en portadores de lentes de contacto puede acarrear síntomas como el ojo seco y molestias mientras se llevan puestas. Los cosméticos tienen facilidad para adherirse firmemente a la superficie de las lentillas, hasta tal punto que las soluciones empleadas habitualmente para su limpieza no pueden arrastrarlos. Además, el contacto de los productos desmaquillantes con las lentes de contacto durante la retirada de los cosméticos provoca una deformidad de las lentillas blandas aumentando su curvatura, y esto conduce a malestar por la mala adaptación al ojo.

La especialista del ICQO recuerda en este sentido que ‘sabido todo esto, es importante retirar las lentillas antes de desmaquillarse y manipularlas con las manos limpias sin restos de cremas hidratantes que también pueden quedar adheridos a la superficie”.

Los daños pueden ir desde la simple irritación hasta un daño mecánico por traumatismo directo de la córnea, pasando por infecciones motivadas por la contaminación de los cosméticos. La lista de los posibles riesgos continúa con alergias -como la provocada por el níquel-; la intoxicación por metales pesados como el plomo o el cadmio; la alteración en la calidad de la lágrima; y otros problemas derivados de la utilización de extensiones de pestañas o el tinte de las mismas.