sOPUERTA, uno de los municipios de Enkarterri más antiguos y famoso por sus torres banderizas, es un magnífico espejo del pasado minero de Meatzaldea. El visitante podrá comprobarlo en sus paseos por los restos de minas y sus dos hornos de calcinación, considerados Monumento Artístico, y por su calzada romana.

Con menos de 3.000 vecinos, Sopuerta es uno de los municipios encartados que más historia arrastra a sus espaldas. Una mirada por el retrovisor nos revela sus famosas torres banderizas, con origen en la Edad Media y respuesta defensiva a las guerras de época. Se encuentran situadas cercanas al río Barbadún y tanto la torre de Garay como la del Puente se alzan como testigos de la historia.

Hablar de Meatzaldea y de Sopuerta es recordar el fuerte peso histórico de la minería del hierro, que convirtió el pueblo y la comarca en una zona muy próspera. Destacan dos vestigios del pasado, como son sus dos hornos de calcinación de mineral, declarados Monumento Artístico. Igualmente interesante es la antigua Calzada Romana Pisoraca, que muestra la presencia romana en la zona, igual que el puente medieval local.

Desde la oficina de turismo, aunque diseñada por la Asociación Cultural Alén, se ofrece un paseo por la minas y la calzada romana que parte del barrio del Castaño, no tiene gran dificultad y su tiempo de duración supera ligeramente las dos horas.

la linde y la ermita

A escasos 200 metros de la carretera situada junto al Castaño, surge un parque vallado que dejaremos a la derecha y que conduce a los visitantes a La Linde. Ahí ya se pueden ver restos mineros históricos, principalmente los dos hornos de calcinar mineral declarados Monumento Industrial.

El camino sigue para ascender a la ermita a través de una pequeña pendiente. Ahí aconsejan hidratarse antes de tomar un estrecho sendero a mano izquierda que conduce a Jarralta. La comitiva pasará por un primer grupo de casas y después del segundo deberá tomarse un camino situado a mano derecha, junto a una fuente con lavadero. Morirá en una carretera en la zona izquierda que llevará de nuevo al Castaño.

El camino flanqueado por árboles es el viejo trazado de las vías del tren, que conducen a un túnel que no puede cruzarse. Hay que descender hasta un baserri con lavadero y otro sendero nos lleva a la antigua calzada romana, hasta el caserío de la Cruz.