Tequila, capitaneado por sus co-líderes incombustibles, el cantante Alejo Stivel y el guitarrista Ariel Rot, ofrecerá su último concierto en Euskadi este sábado, en Bilbao y antes de su disolución definitiva, en la sala Santana 27, a las 20.30 horas. El recital, que se incluye en la gira Adiós Tequila Tour, incluye clásicos como Salta!!!, Rock and roll en la plaza del pueblo, Necesito un trago y Dime que me quieres."El grupo confundió la libertad con el libertinaje", explica el vocalista del grupo en esta entrevista retrospectiva.

¿Esta vez sí, la disolución va en serio?

-Siempre ha ido en serio, terminamos el 20 de marzo. Solo que parecía que acabaríamos a finales de 2019, pero no firmamos ante notario. Surgió la posibilidad de seguir y ahí estamos, repitiendo en Bilbao en este caso. Y es la única fecha en la Comunidad Autónoma Vasca, ya que hay otra fecha en Iruñea, como en Barcelona, Valencia, Sevilla, A Coruña y Madrid.

Y vuelta a las actividad personal de cada uno ¿no?

-Exacto, yo retomo la actividad de mi disco, Yo era un animal, que dejé aparcado hace dos años por Tequila, y se merece mejor vida. Son temas propios en los que me he implicado mucho.

¿Su faceta como productor es ya pasado?

-No es que no tenga ganas, pero me lo estoy pasando muy bien cantando. Quiero dedicar toda mi energía a mi carrera para ir transitando el camino, lo que no quiere decir que si surge alguna producción interesante diga que sí.

¿Y Ariel? Se ha unido a Andrés Calamaro en el homenaje a Sabina. ¿Es posible la reunificación de Los Rodríguez?

-No tengo la menor idea, deberías preguntárselo a él.

¿Cuál es la formación actual de la banda y su repertorio?

-En el bajo sigue David Salvador, Luis Prados en el teclado, Lucas a la batería y en la guitarra Martín Laudecina. Y el repertorio será similar al del disco que grabamos en Madrid, con algunos cambios pequeños. No se pueden dejar de hacer los temas que la gente quiere oir. Además, los disfrutamos igual que ellos. Sonarán algunos que no hemos hecho y otros de nuestras carreras en solitario.

Como 'Era un animal' o 'Mucho mejor', que ha pasado a la historia como 'Hace calor', imagino.

-Sí, sonarán porque son canciones que gustan mucho. La primera es muy tequilera, al igual que otras de Ariel.

El disco incluía sendos homenajes a dos grandes del rock argentino: Moris y Charly García. ¿Se mantienen?

-Claro, siempre. Son ídolos nuestros pero esas canciones, Sábado a la noche o Mister Jones, son ya nuestras, nos han acompañado siempre, desde el inicio. La segunda, de hecho, la gente cree que es nuestra, y la primera está en un disco que grabamos Tequila como grupo de Moris.

Usted canta 'Yo quería se normal'. Pasado el tiempo, mejor no haberlo sido tanto ¿no?

-Al final de la canción cantaba que me empezó a gustar ser diferente. De todas formas, ¿quién es normal o no? Decía Orson Welles que el hombre medio es un monstruo. El que parece más normal de todos, quizás no lo sea. Ahí están los asesinos en serie o machistas. Los vecinos siempre dicen que eran buenas personas.

La alusión a la normalidad venía por la visión general que existía sobre el rock justo después de morir Franco.

-Puede ser que el tiempo lo haya homologado. Todos somos anormales, en realidad.

¿Recuerda las juergas corridas con Tequila?

-Sí, claro (risas). Ser adolescente y salir con los colegas de gira, tocar en ciudades diferentes y conocer gente gracias al rock´n´roll, sin control parental, te da un sentido de libertad... A veces confundimos libertad con libertinaje (risas). La vida era muy divertida, sí. Defiendo el libertinaje.

También tienen ustedes algunas cicatrices porque algunos se quedaron por el camino.

-Así es. "Hay cicatrices que han quedado en el olvido", canto en la canción citada antes. Es mentira, siguen ahí y forman parte de la vida, del cuerpo y el espíritu. Van haciendo mella y son parte de cada uno.

El rock ha pasado con los años de la plaza del pueblo a los festivales.

-Bueno... me pasa con las canciones que, al hacerse populares, siento que dejan de ser nuestras, que son de todos, de la gente. Y que al tocarlas oficiamos un rito de interacción y participación. La gente las canta como si fueran suyas porque les han acompañado muchos años. Da igual si es un festival, una sala o una plaza.

Platero y Tú decían en una canción que hay poco rock´n´roll. ¿Y ahora, con tanto trap y reggetón?

-Todo depende de cómo encares tu vida. Yo lo he vivido siempre y no me puedo quejar. El rock siempre ha convivido, en términos musicales, con otros géneros. En los 70 y 80 fue el dueño de las listas de éxito y las tocadas en radios. Estaba más presente mediáticamente que ahora, pero los grandes conciertos y giras que llenan estadios muchos son de rock. Lo de los ritmos urbanos son modas y veremos qué pasa con ellos. El rock ha superado las modas y sigue vivo sin estar de moda. El tiempo lo dirá.

Algunos conciertos de rock sí llenan, pero con gente mayor. Hay pocos jóvenes, ellos prefieren el trap y el reguetón.

-Sí, es cierto, pero en España quienes más llenan son Leiva, Fito o la gente de M-Clan. Y hacen rock´n´roll, por estética, sonido y filosofía. Y los Stones hicieron la gira más multitudinaria del año pasado. Hay de todo, la verdad.

Hablaba ahora de rockeros estatales establecidos. ¿Ve el legado de Tequila en ellos?

-Sí, sin duda en el caso de Pereza y Leiva. Tequila abrió una puerta y rompimos el hielo para que otros, no solo músicos, incluso periodistas como tú, se volcaran con la música. Y técnicos de sonido, road managers... Y ahí están ahora Los Zigarros, que nos oían y mantienen la llama del rock viva hoy en día.

¿Hay una pizca de orgullo en ello?

-Claro que sí, eso no es malo.

¿Cuál ha sido la mayor aportación de Tequila?

-Su papel pionero es el mayor legado, al igual que las canciones que han hecho pasar a la gente momentos muy agradables. Les recuerdan a tiempos felices.

'Dime que me quieres' sería un buen epitafio ¿no?

-(Risas). Y Salta!!! también. A ver cómo se hace bajo tierra.

¿Tiene alguna canción fetiche de Tequila?

-Es difícil elegir entre los hijos a quiénes quieres más: uno por un motivo, otro por otro... Soy otro fan de Tequila, me gustan todas. Lo que sí creo es que el tema Que el tiempo no te cambie ha sido reivindicado con los años. Quedó entre las desconocidas, no sonaba redonda en disco y no la hacíamos en directo, y tras nuestra vuelta se usó en una campaña política y la regrabamos. Ahora es un éxito más; y de este siglo.

El grupo añadió color, desparpajo y sexo a una España en blanco y negro. ¿Hemos retrocedido en aspectos como la libertad?

-La política y la historia son pendulares. Se va mejorando y luego empeora, vamos avanzando y hacia atrás. Sería injusto definir el momento político actual por algo concreto, sobre todo recordando el nazismo, el holocausto, las dictaduras en España o Argentina... Hay cosas que están mal, como una fuerza en el Parlamento que propone un retroceso muy grande, pero somos muy tremendistas. Y los medios lo necesitan para vender. Creo que tenemos un gobierno realmente progresista por vez primera, como se ve en sus primeras medidas, y que la situación de la mujer está viviendo grandes avances en los últimos años. Prefiero ver el vaso medio lleno, no vacío.