LA ambiciosa revisión del proyecto Santa Fe sirve de trampolín para que este gran SUV de el salto de calidad hasta una categoría premium en la que cumple casi todos los requisitos de acceso. Para ejercer en ella como miembro de pleno derecho solamente le falta una dosis de prestigio social, que acabará siendo reconocido cuando el público se sacuda viejos prejuicios. De momento, el buque insignia de Hyundai es una revelación para esa clientela exigente que no tiene complejos a la hora de reconocer la armonía entre calidad y precio. El Santa Fe oferta motorizaciones diésel (202 CV), híbrida (230 CV) e híbrida enchufable (265 CV) y viste cuatro puestas en escena en progresión.

El Santa Fe es un gran coche, en todos los sentidos. Ya lo era antes de esta última renovación que, claro está, ratifica esa consideración al acumular pequeños progresos. El imponente modelo de 4,78 metros estrena una plataforma adaptada para las versiones electrificadas que ahora incorpora a su reparto. Hyundai engalana su contorno y refina su interior, pertrechándolo con recursos de confort y de seguridad a medida que aumenta la inversión. Entre ellos figura una completa relación de ayudas a la conducción, así como una conectividad avanzada con dos generosas pantallas.

El menú propone tres candidaturas motrices. Perdura en él una variante turbodiésel, la 2.2 CRDi de 202 CV, para la que el fabricante considera que aún existe público. La acompaña dos nuevas propuestas con impulsión mixta. La HEV combina un motor turboalimentado con inyección directa de gasolina, el 1.6 TGDI de 180 CV, y otro eléctrico de 44 kW (60 CV) alimentado por baterías de iones de litio de 1,5 kWh, con lo que obtiene una potencia combinada de 230 CV. La otra opción es la de la hibridación enchufable PHEV, representada por una combinación de motores semejante a la anterior, si bien el eléctrico aumenta su rendimiento hasta 66,9 kW (91 CV); lo nutre una batería de 13,8 kWh recargable en la red (la operación requiere dos horas de conexión a un wallbox), que permite cubrir hasta 58 km en modo exclusivamente eléctrico.

La transmisión es automática en los tres casos, de ocho relaciones en la mecánica diésel y de seis en las híbridas. El cambio de diseño interior comporta la desaparición del tradicional pomo del selector de marchas, sustituido por pulsadores de avance, retroceso, parking y punto muerto. El Santa Fe está disponible con tracción delantera y total (la versión enchufable es siempre 4x4). Da a elegir cuatro programas de conducción (smart, eco, comfort y sport); el sistema 4WD también permite seleccionar el tipo de asistencia a la hora de enfrentarse a distintos terrenos (arena, barro, nieve, etc.).

Las notables proporciones complican algo la capacidad de maniobra del Santa Fe entre calles, pero no en carretera. A cambio propician una habitabilidad considerable, con cinco excelentes plazas convencionales y una aprovechable tercera línea escamoteable con dos más. Replegada en su alojamiento en el piso, libera entre 634 y 831 litros de portaequipaje, dependiendo de la posición de la fila intermedia. El descuento inicial más las bonificaciones por financiar y entregar un usado, reducen de 44.500 a 37.000 el precio de acceso. La posible rebaja de la versión eléctrica llega a 9.010 euros.

El Bayon debuta en junio Hyundai está a punto de estrenar el Bayon, un crossover urbano de proporciones ligeramente menores que las del Kona. El debutante es dos centímetros más corto (4,18 m) y estrecho (1,75); es la misma distancia que pierde su batalla (2,58), en tanto que su techo queda seis centímetros más bajo (1,49). Con todo, acredita cinco plazas oficiales y mejora sensiblemente el volumen de maletero (411 en vez de 374 litros).

Más compacto y ligero (pesa 140 kg menos), el Bayon recurre a mecánicas gasolina compartidas con el i20. Propone inicialmente el motor 1.2 con 84 CV, así como variantes del tricilíndrico 1.0 T-GDi con 100 y 120 CV, disponibles también con sistema de hibridación suave a 48V.