La incorporación de estas dos propuestas ensancha un poco más el catálogo del modelo, que extiende ya su abanico de posibilidades de elección desde 150 a 245 CV. Las debutantes se ubican en el extremo opuesto de la también reciente versión 1.5 TSI de gasolina, que empata en potencia con el gasóleo inicial (150 CV) y rebaja el precio de acceso al Tarraco hasta 33.650 euros.

Los estrenos de e-Hybrid y TSI 2.0 DSG 4Drive apuntan alto. Pretenden seducir y/o convencer a un sector de público de lo más exigente, en el plano medioambiental en un caso y en el de las prestaciones puras en el otro. A tal fin, asumen un grado de sofisticación tecnológica y ornamental considerable. Demandan a cambio desembolsos notables, aunque no tan contundentes como los de algunos modelos premium comparables, cuya ventaja respecto a estos Tarraco radica en el prestigio de los apellidos.

El más corpulento y versátil de los SUV de SEAT -tiene 4,74 metros de eslora y ofrece configuraciones de cinco y siete plazas- también es, con toda probabilidad, el más eficaz desde el punto de vista dinámico. Y eso es mucho decir cuando por detrás aparece el irreprochable Ateca, paradigma de su categoría. Así que la combinación del Tarraco con estas dos modernas motorizaciones se antoja un éxito.

SEAT dota al e-Hybrid de la misma fórmula motriz electrificada que anima al León homólogo y a varios otros productos del grupo VW con hibridación recargable. Dicha solución pone a trabajar de forma solidaria un motor de gasolina, el TSI 1.4 de 150 CV, y un bloque eléctrico de 85 kW (115 CV) alimentado mediante una batería de 13 kWh. El reabastecimiento de la misma requiere cinco horas de conexión a una toma doméstica de 2,3 kW; el periodo de inmovilización del vehículo queda reducido a tres horas y media cuando se dispone de un cargador tipo Wallbox de 3,6 kW.

La acción coordinada de los propulsores del Tarraco híbrido enchufable, vinculados a transmisión automática de seis relaciones, transfiere 245 CV a las ruedas delanteras. Ese rendimiento conjunto procura una grata solvencia de movimientos al vehículo, que es capaz de alcanzar 205 km/h. Pero lo más relevante no es su vivacidad, sino las mínimas secuelas contaminantes que deja. En las condiciones ideales de homologación acredita un promedio de gasto (WLTP) entre 1,6 y 2,1 litros, lo que propicia contener el flujo de CO2 en valores entre 41 y 47 gramos por kilómetro.

El Tarraco e-Hybrid puede circular en modo totalmente eléctrico, sin emisiones de escape, un máximo de 49 km. Cuando también interviene en el funcionamiento el motor térmico, la autonomía llega a alcanzar los 730 km. El sistema de gestión del vehículo permite a quien lo conduce modular el tipo de respuesta siguiendo su propio criterio, lo que supone potestad para optar entre fogosidad y ahorro energético sobre la marcha.

RESOLUTIVO

Por su parte, la versión TSI 2.0 DSG 4Drive representa la faceta más emocional de este SUV. Los 245 caballos aportados por la mecánica gasolina turboalimentada de cuatro cilindros revelan un temperamento bastante más enérgico y resolutivo, acorde a las preferencias de quienes estiman que la agilidad propicia ante todo seguridad. Esa potencia se distribuye a las cuatro ruedas por medio del sistema de tracción inteligente 4Drive, que se encarga de dosificarla en función del estilo de conducción y de las condiciones de adherencia; lo hace con ayuda de la transmisión automática DSG de siete relaciones.

La cooperación de esos componentes permite al corpulento modelo alcanzar 228 km/h de punta y progresar de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos. Manejada con sosiego, esta ejecución del Tarraco modera su consumo hasta conformarse con entre 8,4 y 9,2 litros de promedio oficial. En tal caso, su tubo de escape expele un mínimo de 191 a 208 gramos de dióxido de carbono por kilómetro (mediciones oficiales WLTP).

A diferencia de la propuesta híbrida enchufable, disponible únicamente con la configuración interior de cinco plazas, la versión más efusiva de la gama también ofrece la opción de una tercera línea adicional, con dos asientos escamoteables ocupando parte del capó. Se vende ataviada con las puestas en escena más cuidadas y deportivas (FR y FR Go).