Una ley no escrita determina que la fecha de caducidad de un modelo no se aleje de la del estreno mucho más de cinco o seis años. Es habitual también que, a mitad de esa vida comercial útil, el producto reciba un reajuste de imagen y contenidos para evitar que se le pase el arroz. En esas se halla Audi con el Q2. El candidato más escueto del plantel SUV de los anillos acaba de estrenar maquillaje y de reordenar su oferta motriz, que a los actuales bloques TSI y TDI de 150 CV va a agregar otro de gasolina con 110 CV a comienzos de año. Dicha motorización tricilíndrica animará a la interpretación menos costosa (puede rondar los 28.000 euros) de un elenco Q2 que, de momento, arranca desde 29.760 euros; lo culminará, ya en 2021, la variante SQ2 con 300 CV, que partirá de 52.600 euros.

La intervención sobre el SUV compacto responde a criterios de cirugía plástica, por lo que no afecta a los órganos vitales. En consecuencia, es un arreglo casi exclusivamente cosmético que procura al conjunto un plus de vistosa deportividad. El Q2 se limita a cambiar de expresión incorporando una nueva parrilla Singleframe octogonal con motivos poliédricos, elemento que reduce ligeramente su altura y confiere sensación de mayor anchura al frontal. Se sustenta sobre un paragolpes algo más prominente, provisto de grandes tomas de aire, y va escoltada por ópticas led de rasgos felinos.

Opcionalmente, los faros pueden disponer de tecnología Matrix. Siete diodos individuales integrados en un módulo compartido generan un haz de luz de alta intensidad, controlado de forma inteligente para iluminar la carretera con la máxima claridad sin deslumbrar a los demás usuarios. Diez diodos luminosos, instalados tras los componentes ópticos de forma romboidal, emiten la luz diurna, en tanto que otros siete led adicionales conforman los intermitentes dinámicos.

Los retoques aplicados al Q2 deparan un casi imperceptible aumento de su eslora (gana 17 milímetros) hasta los 4,21 metros. Las demás cotas permanecen inalteradas: 2,60 m entre ejes, 1,78 de anchura, 1,54 de altura y 405 litros de maletero; el coeficiente aerodinámico (0,31 con la suspensión deportiva rebajada) sigue destacando en la categoría.

El menor del clan SUV, que comienza a llegar a manos de sus propietarios, recibe algunas pincelas decorativas en su interior. Amplía su gama cromática con cinco nuevas tonalidades; mantiene las tres puestas en escena (básica, Advanced y S Line) y los paquetes de equipamiento habituales. La propuesta más sencilla y asequible sale a la calle provista de faros led delanteros, ayuda al aparcamiento trasero, control de velocidad, apoyabrazos delantero, dos tomas USB, cuadro de instrumentos en color, asistente de arranque en pendientes, así como los servicios asociados a Audi connect emergency call & service y Audi connect remote & control.

La marca alemana ha replanteado la oferta motriz del modelo, limitada por ahora a dos candidatos, ambos de denominación semejante e idéntico rendimiento. La versión Q2 35 TFSI equipa un motor de gasolina provisto de sistema de desactivación de dos de sus cuatro cilindros cuando no es precisa la energía de sus 150 caballos, ahorrando así combustible para evitar emisiones de CO2. La variante Q2 35 TDI recurre al conocido propulsor de dos litros a gasóleo, que empata en potencia y prestaciones con el de gasolina. En 2021 estará disponible una variante con 190 CV de este mismo bloque TDI, además de la ya mencionada factura deportiva SQ2 con 300 caballos.