-Cuando un ademán del pie derecho desencadena el galope de 310 caballos, que 4,8 segundos después superan los 100 km/h, queda poco por añadir. Son las elocuentes credenciales del S3, la declinación más temperamental del compacto de Audi. La efusiva derivada, disponible en los dos formatos que ofrece el modelo, ya se puede adquirir en los concesionarios oficiales -el S3 Sportback reclama 53.900 euros y el S3 Sedan 54.800-, si bien las entregas a los primeros compradores se demorarán hasta octubre.

A poco que estas variantes deportivas de la cuarta generación del S3 hereden el carácter de las predecesoras, sus destinatarios se van a encontrar con un refinado y discreto purasangre, en las antípodas de otros productos más radicales e indómitos. Se habrán comprado un cohete, sí, pero uno que solo manifiesta todo su potencial cuando lo decide quien pilota, y que es capaz de desempeñar las misiones cotidianas de cualquier turismo con una docilidad y un confort encomiables.

Los S3 Sportback y Sedan instalan una factura de la motorización 2.0 TFSI que suministra la nada desdeñable potencia de 310 CV y entrega 400 Nm de par máximo. Para garantizar una eficaz transmisión de la energía del motor, lo asocian a transmisión automática S tronic de siete velocidades, a tracción quattro con control inteligente y a una suspensión deportiva S con ajustes específicos (ofrece control opcional de la amortiguación). Como es lógico, los S3 incorporan también todos los adelantos tecnológicos al servicio de la última remesa del modelo (conectividad, digitalización, etc.).

Se distinguen de los A3 'civilizados' por algunos detalles evidentes, como el difusor trasero y las dos salidas dobles de escape, los asientos específicos y la decoración interior. Un ojo experto detectará algunos otros rasgos distintivos, como el calzado apropiado a su vehemencia e incluso la rebaja de 1,5 cm de la suspensión. Las dotaciones se corresponden a lo que cabe esperar en versiones que coronan la gama y la tarifa.