FORMAN un dúo de campeonas porque Ane García, -con un 9,71 en Organización Industrial (4º curso)- y Blanca Atxa, -9,29 en Tecnología Industrial (2º curso)- son las estudiantes con las mejores notas de la Escuela de Ingeniería de Bilbao el pasado curso. "No me esperaba el premio", señala Ane, de 22 años. A Blanca, de 20 años, el galardón le pilla, sin embargo, entrenada porque en primero también lo ganó. Pero esto no es fruto de la casualidad ni de la buena suerte. "¿Qué si he empollado mucho? Mucho, no, muchísimo. Siempre he sacado buenas notas pero antes era más fácil. Esto es duro y eso que estoy acostumbrada a llevar las cosas al día", señala Blanca Atxa, vecina de Orozko . "Tiene su mérito sacar estas notas en una facultad con tanta fama. Tienes que currártelo un montón, ser muy constante y pasarlo mal porque si no es que no has vivido lo que es la Escuela de San Mamés", explica García, vecina de Ortuella.

Ellas son las chicas con mejor calificación de los Premios Idom a los Mejores Expedientes de la Escuela de Ingeniería de Bilbao. Un total de 33 estudiantes recibieron estos galardones y diez de ellos fueron féminas. Y eso que la carrera tiene mucha tela que cortar. "A mí me habían dicho que era difícil y realmente lo es. Pero nunca te imaginas cuánto", especifica Blanca. "Me lo habían pintado muy mal pero era lo que yo quería hacer. La dificultad ya la percibes en primer curso porque supone una gran criba. Tienes que llevarlo todo al día y prescindir de otras cosas si quieres sacarlo bien y al año porque ves cómo mucha gente se va quedando por el camino. Desde luego a mí me ha costado lo mío", declara Ane.

De hecho, el entorno no siempre entiende tanta dedicación. "Es difícil compaginar los estudios y las relaciones. Yo cuando empecé tenía novio, pero hay que echarle muchas horas y la otra persona debe entenderlo", asegura Ane García recién llegada a Bilbao porque cursa un máster en Madrid. Blanca también aspira a hacer un máster "porque para nosotros es obligatorio si queremos tener competencias, y firmar proyectos".

Atxa no ha calculado cuántas horas le dedica al estudio. "Depende mucho si estamos ante parciales o finales, o si es durante el curso. Pero estudio bastante". ¿Y qué es bastante? "Pues en unos exámenes finales todas las horas que puedo. Como unas oposiciones". Y eso siempre que no se cruce alguna asignatura. Justo antes de las vacaciones se enfrentó a un hueso duro de roer, Termotecnia. "Y por difícil que sea, siempre hay que intentar no dejar de lado otras asignaturas porque después de Navidades tengo cinco exámenes más. No puedes centrarte en una asignatura y abandonar el resto", declara Blanca, quien confiesa que les gusta enfrentarse con lápiz y goma a los problemas.

Tanto esfuerzo tiene su recompensa porque los ingenieros son unos de los graduados más demandados por las empresas y la compañías miran con lupa las competencias del profesional, y la universidad que les forma. "Yo, de hecho, estuve trabajando a media jornada mientras estudiaba y me resultó relativamente fácil. Lo solicité en Infojobs pensando que no me iban a coger porque estaba en tercero y me llamaron. En Madrid hay mucho trabajo de Ingeniero, muchísimo. Y siempre es Ingeniero Industrial. Además esta Escuela está muy valorada", asegura Ane García.

"Creo que de esta Universidad sales preparado para enfrentarte a problemas, sales con conocimientos y te preparan para la vida. Así cuando en un trabajo se te plantee un problema sabrás resolverlo. Te han metido tanta caña y eso ayuda, pero también puedes llegar a frustrarte por estudiar tanto", dice esta licenciada mientras comparte con Blanca Atxa las experiencias y los chascarrillos de su Erasmus en Polonia. "Yo quiero hacerlo en Estados Unidos porque en Ingeniería tienen un enfoque más práctico", enfatiza Atxa con las ideas más que claras.