A sabiendas de que no se puede continuar enseñando y aprendiendo como antes, “nuestros alumnos no son personas de la generación Gutenberg, sino de la de generación Google”, describe Mar Carrero, directora pedagógica de Trueba Ikastetxea, este colegio se incluye entre los más innovadores del Estado, con una propuesta importada de Canadá, modelo de éxito educativo. “Cada vez hay nuevos entornos de aprendizaje; redes sociales, youtubers que influyen mucho en los alumnos... Y hay que ayudarles a andar en esa jungla llena de riesgos. No podemos evitar que transiten por ahí pero debemos contribuir a que toda la avalancha de información la conviertan en conocimiento”, resume la directora del centro. Por ello eligieron viajar a Canadá y visitar in situ sus planes dados los buenos resultados que el país tenía en las pruebas PISA, el estudio de la OCDE que mide el rendimiento académico en matemáticas, ciencia y comprensión lectora. “Obtener resultados óptimos en educación es algo global y tienen que cuidarse muchos aspectos, desde la relación con el alumno hasta establecer un entorno amable y que el colegio invite a estar y a vivir para aprender”.

Por ello, en Trueba Ikastetxea trabajan proyectos innovadores con sus 850 alumnos. “Por ejemplo, la iniciativa Trueba for Change contemplaba desde hacer una clase ecológica a un noticiario de televisión que se titulaba El magazine sin sentido para gente con sentido”. Alumnos desde los 2 años a los 16 años a los que se les enseña valores como el compromiso, la superación, la solidaridad, la empatía, la valentía, el emprendizaje o el liderazgo positivo, motivando a los estudiantes para que se sientan motores del cambio.

Este proceso incluye también una potente inmersión digital, como subraya Carrero. “Todas las aulas están dotadas de pizarras digitales. Pero desde quinto de Primaria trabajan con el iPad. Ellos crean en estas plataformas su material y llevan a cabo una enseñanza más participativa porque se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje”. Carrero destaca la necesidad de potenciar el trabajo en equipo. “Aquí hay mucha madera de líder. Solemos bromear diciendo que formamos a la lehendakari del futuro porque a las chicas se les ve con mucha capacidad para mejorar la sociedad”, señala la directora que pone el foco en el pensamiento crítico.

Con el nuevo método, el papel del profesor sufre también una revolución sin precedentes porque pasa a ser el entrenador que acompaña a los chavales en la aventura de descubrir. “Hay que desterrar la idea del profesor distante volcado solo en temas didácticos. El profesor debe actuar como un coach o un mentor porque es la persona que le ayuda a aprender”. “Él es el mejor instrumento didáctico, es el efecto Pigmalion en educación. El docente está para acompañar al alumno y hacerle sentir seguro, no solo para fiscalizarle. Y luego habrá un feedback y le dirá si el trabajo es bueno o malo y hasta qué punto debe cambiarlo”, resuelve Carrero. Y como los milagros no existen -tampoco en materia educativa- no olvidan trabajar la inteligencia emocional y el control de las emociones que ya desarrollan los más txikis desde apenas los dos años.