ISFRUTAR de la buena mesa en un ambiente singular, rodeados de elementos arquitectónicos propios de un convento del siglo XVII, es una experiencia única que se puede obtener en la localidad vizcaina de Balmaseda. Allí, el Convento San Roque rinde tributo a la cocina tradicional en la que destacan platos como el arroz con bogavante, la chuleta y el cordero asado o los pescados salvajes como el rodaballo y la lubina. En sus mesas tienen éxito también las mollejas, las zamburiñas y el pulpo a la gallega, entre otras recetas.

Pero además, las propias características arquitectónicas del establecimiento le convierten en un enclave ideal para celebración de eventos y bodas. En este último caso garantizan exclusividad -una sola boda cada día- y brindan la posibilidad de llevar a cabo incluso la ceremonia oficial civil en el claustro del convento.

A posteriori, para alojar tanto a los protagonistas del enlace como a sus invitados, dispone de 18 habitaciones decoradas con gusto en lo que eran las antiguas celdas de las monjas clarisas de clausura, más una suite en la planta superior. Sus instalaciones cuentan con dos salones, uno interior para 140 comensales en el antiguo refectorio de las monjas, y una carpa exterior acristalada diáfana de 300 metros cuadrados.

Entre semana ofrecen menú del día y variedad de menús especiales para grupos: de pucheras, de chuletón, de arroz con bogavante, de cordero...

Otra de sus peculiaridades es que trabajan con vinos de bodega propia de Rioja, bajo el sello Pekatu, y tienen un cava brut reserva ecológico propio, que han llamado Clausura, así como un vermut propio.