L valor del producto gourmet tiene una de sus más fieles expresiones en el Víctor Montes de la Plaza Nueva de Bilbao. Y ello tanto en versión pintxo como en los platos del restaurante.
El establecimiento más antiguo de la zona, como destacan con orgullo desde su gerencia, ha sabido llegar hasta nuestros días con una oferta que da cumplida respuesta a los gustos de los bilbainos/as más sibaritas. Actualmente se divide en dos zonas, albergando abajo la barra de pintxos y raciones al uso y en la planta superior el restaurante, con su carta de “alto nivel”. Si bien también sirven sus elaboraciones en la terraza.
De sus orígenes como tienda gourmet a mediados del siglo XIX mantiene intacto su carácter, que le identifica ya en su fachada, calificada como patrimonio histórico de Bilbao.
Buena muestra de ese “rizar el rizo de la calidad en cada producto” la encuentra el cliente en el jamón, el salmón de origen noruego con capa de polvo de oro comestible y aromatizado con trufa o su particular foie francés.
De su cocina resultan memorables los huevos de codorniz con caviar ruso y panceta ibérica, que se presentan ahumados, con una campana de humo que reviste de espectacularidad a este plato incorporado recientemente a la carta.
Entre sus pintxos, que se exponen en la barra en unas 30 variedades diferentes, los más recomendados son el de txangurro y el de foie, al igual que el hojaldre de pera y queso.
Y como no podía ser menos para acompañar a estas joyas de cocina como se merecen, el Víctor Montes dispone de una de las bodegas más amplias de Bilbao, especializada en añadas antiguas.
