Para sorpresa de propios y extraños, el entrenador y exseleccionador tulipán, Louis van Gaal, se ha convertido en un espontáneo doctor Simón holandés. El gurú anticontagio de los Países Bajos. El hombre da una rueda de prensa al día acudan o no acudan periodistas a la convocatoria. Nunca proporciona datos exactos. Únicamente da opiniones, pronósticos y valoraciones. Casi como los que van de expertos, el hecho de facilitar datos aproximados e imprecisos le permite presumir, a posteriori, de acertar en el 90% de los casos. “Contra el coronavirus hay que salir a presionar por todo el campo. Y también por la ciudad. Con marcajes indifidualess. Te adelanto mi alineación para hoy: plantearé un 4-4-2 muy elástico con un epidemiólogo bajo los palos, con dos hematólogos en la parte central de la defensa, celadores largos por las bandas, dos volantes del seguro ocupando la zona ancha con un par de enfermeras cayendo hacia el interior en el centro del campo sanitario y un internista y una viróloga en punta de prevención. Salimos a ganar”, explica a nada que se le deje ocasión.

Gracias por atendernos Louis. ¿O prefiere que le llame Aloysius Paulus?

—La interpretachión siempre negatifa, macho. Ven, que te arreo un sordabiron con la mano abierta, por listo. Lo de Aloysius Paulus es porque mi padre era un cachondo, le daba a la cerveza de alta graduación y yo nací en festivo. El resto es culpa de la señora del Registro Civil de Amsterdam, que es una cizañera. Papá quería ponerme Paulus a secas. Y la del registro: ¿No le parece que le falta algo, señor van Gaal? ¿Que se queda pobre para un chavalín con ese pedazo cabezón? ¡Póngale Epigmenio también, que está de moda! ¡O Aloysius, qué caramba! De mayorcito logré que el personal me llamara Louis a secas. Pero en el cole y el insti las pasé canutas. De ahí mi carácter tan fuerte. La chavalería es muy cruel. Siempre negatifa.

Se rumorea que la misma señora del Registro también fue responsable de que Neeskens se llamara en realidad Johannes Jacobus Neeskens y no Johan a secas.

— ¿Ves? Lo que te digo. Me acuerdo que se quiso hacer una chapita de esas de oro para el cuello con el nombre y el grupo sanguíneo. Se tuvo que colgar una tapa de alcantarilla porque no le cabía el nombre completo. Lo sé porque a mí me aconsejaron lo mismo.

Pues como caer a un canal de los de Amsterdan. Glu-glu. Bien, sigamos a lo nuestro ¿Qué motivo le ha animado a dar una rueda de prensa diaria sobre la pandemia?

—Roto el pacto del festuario. Sobre todo el de ciertas autoridades con la ciudadanía. Aquí, en Holanda, no hay manera humana de enterarse de qué se puede hacer, por qué se toman ciertas medidas y no otras, a qué se debe que se cambien de una semana a la siguiente, el motivo de que en un lugar valgan unas restricciones y en el pueblo de al lado no… Eso resulta siempre negativo.

Y decidió usted meter baza

—Exacto. Por responsabilidad. Me dije: Aloysius, alguien con autoridad y carisma debe imponer un criterio claro en este sindios. En los buenos tiempos tenía como velas a unos elementos como Vitor Bahía, Amunike, Rivaldo, Ciric, Kluivert...y el resto de aquella plantilla del Barça. Estuvieron firmes y formalitos toda la temporada, llegando a entrenar a su hora y sudando la camiseta. Si pude conseguir eso, puedo mejorar todo este follón de la pandemia. Quique Setién, por poner un ejemplo y dicho sea sin ánimo de señalar, está claro que no. ¿Te imaginas a Quique Setién a los mandos del asunto sanitario?

Pues se iba a quedar Eder Sarabia en los huesines de tanto gesticular y pegar gritos a todas horas para organizar el tema. Pero no dé usted ideas, que en Moncloa las pillan al vuelo.

—Mejor, Joaquín Caparrós. O Mendilibar. Pero el top para estas circunstancias sería el Blas Ziarreta de los buenos tiempos. Somos contemporáneos y sé que Blas, dándose un paseo por la calle con un megáfono en la mano, mete en vereda a los del botellón clandestino, los negacionistas, los imprudentes y los caraduras. ¡Menudo respe!

Por no hablar de José Luis Korta. Es una estrella del banco fijo ¿Le conoce usted?

—Pues no. Nosotros somos más de banco móvil: de Andorra a Suiza, de Suiza a Panamá, de Panamá a las Islas Caimán…Ya me comprendes. Siempre positifo.

Me refería a otro tipo de banco, pero carece de importancia. Para concluir, resúmame en pocas palabras sus claves para controlar la epidemia.

—Muy sencillo: PCR siempre negativo, nunca positifo. Importante: defender muy separados, dejando muchos huecos entre unos y otros. Clave: no olvidar la mascarilla reglamentaria. Y, cuando se pueda, salir rápido al contraataque con la vacuna. No cabe otra interpretachión.