La llegada de un hijo no siempre, casi nunca, es la historia dulce y rosa que se cuenta. Pone la vida de una pareja patas arriba y a prueba la paciencia de los progenitores. Equilibrar los cambios que se imponen es a veces un esfuerzo que deja sin aliento, pero Berto Romero concede que merece la pena, que nadie dijo que vivir fuera fácil, que ser padre fuera un camino de rosas sin espinas. Mira lo que has hecho trata en clave de humor lo que supone hacerse mayorMira lo que has hecho y dejar de lado el ser el retoño para ser a perpetuidad padre o madre.

Dijo que su serie era de tres temporadas y así ha sido. ¿No ha tenido la tentación de una cuarta?

—He tenido tentaciones continuas, reiteradas e insistentes. Por descontado que he tenido esas intenciones. Incluso he tenido ideas que he llegado a desarrollar un poco y que las tengo por ahí apuntadas€

¿Verán la luz?

—Me temo que no. Creo que forman parte de la necesidad que tiene uno de hacerse trampas en el solitario. Pero la realidad me ha demostrado que yo tenía razón desde el principio y que la serie se tenía que acabar. La historia está contada y estirar por estirar no es una buena práctica, no mola. Cuando ves una serie que te gustaba y los personajes ya no son lo que eran, el lenguaje es diferente y ves que se está estirando, te sientes muy decepcionado. Es una serie muy familiar y creo que hay que jugar con honestidad.

Lo que vamos a ver a partir del 18 de junio en 'Mira lo que has hecho' no va con la realidad que estamos viviendo con la pandemia: reuniones, besos, abrazos, barbacoas€ Parecerá un regreso al pasado.

—¿Por qué no? No lo sé. Soy incapaz de predecirte el futuro. Si mi hubieras hecho esta pregunta en enero, no tendría sentido, ninguno de los dos hubiéramos intuido que íbamos a estar en pandemia, que iríamos hacia un confinamiento y que hoy nos estuviéramos cuestionando sobre vivir de otra forma. Pero a lo mejor regresamos a ese pasado en el que vivíamos tan solo hace unos meses, a lo mejor se encuentra una vacuna y podemos hacer el mismo tipo de barbacoas.

Le veo esperanzado.

—¿No dicen que la esperanza es lo último que se pierde? Pero dejémonos de tópicos. La serie se ve ahora y ves que se dan la mano y piensas: Uy, se tenían que haber puesto gel hidroalcohólico. O se dan un beso y dices a lo mejor uno de los dos puede contagiar al otro. Es la lectura que hacemos en el momento actual. La serie retrata el mundo que vivíamos hace unos meses, pero sigue siendo este.

¿El mismo?

—Sí. Sigue habiendo vendehumos, crápulas, medios de comunicación histéricos, tal y como aparecen en la serie.

Y políticos a la greña.

—Tal cual, pero eso siempre ha estado ahí. Lo que nos llama la atención en las series o películas hechas antes de esta pandemia son cosas tan normales como comer juntos o una barbacoa, un beso en una pareja€ Bueno, ya veremos. El mundo sigue.

Dicen que este confinamiento puede dar lugar a una tormenta de ideas, a mucha creatividad.

—A mí no me ha surgido ninguna idea, la verdad. Tenía que atender a mi familia. Tampoco he tenido tiempo para ver muchas pelis o leer muchos libros como dice la gente que ha hecho.

Un confinamiento con tres niños tiene que resultar cuando menos cansado.

—Ha sido intenso. Pero hemos sobrevivido, de todo se sale.

¿Qué proyectos baraja ahora que ha terminado la aventura de ser padre y de que la pareja no muera en el intento?

—Pues la verdad que ninguno.

No le creo.

—Bueno, sí, te engaño. Ninguno no, tengo muchos. Siempre voy manejando muchas cosas y tengo muchos frentes abiertos. Tengo cosas desarrollándose a diferentes ritmos, pero tampoco te puedo decir: Voy ahora por esto. No, han sido muchos años de estar con la serie, he estado muy metido en esta historia y ahora me conviene parar y escucharme un poco, saber qué quiero hacer. No es mi intención enganchar un proyecto con otro.

¿Entre esos proyectos que tiene usted en marcha a ritmos diferentes contempla alguna serie?

—Hacer una serie es una responsabilidad, tienes que tener algo interesante que contar. No me apetece estirar una serie por estirar o hacerla por hacerla. No, si no me convence la historia o no tengo historia, no voy a meterme en ninguna serie.

¿Estas tres temporadas significan haber cumplido un sueño?

—Pues sí. Pero es mucho más bonito. Mira lo que has hecho es un sueño que no había soñado. Nunca me había planteado hacer una serie, tampoco me había planteado nunca trabajar en televisión o un montón de cosas que he ido haciendo. Surgió la oportunidad, poco a poco me lo fui creyendo y al final se ha convertido en un sueño. Tengo que decir que ha sido la experiencia más bonita e interesante de mi vida profesional.

¿Cuánto de ficción y cuánto de su vida real hay en esta historia?

—Hay mucho de ficción sobre la realidad. Sé que la respuesta es rara, pero siempre tienes en la cabeza cuando miras esta serie si algo me ha pasado o no. Te puedo decir que casi no me ha pasado nada de lo que aparece en Mira lo que has hecho. Pero todo lo que nos hemos inventado, lo hemos hecho a partir de cosas reales. Hemos convertido anécdotas que no tenían importancia en algo grave; miedos que yo tengo han pasado a formar parte de las tramas. Así que el resultado es muy realista, pero de verdad, verdad... Nada. Además, quién quiere la verdad en una serie de ficción, si fuera un documental, tal vez.

¿Le ha vacunado esta serie contra alguno de esos miedos?

—Ja, ja, ja€ Va a parecer la serie de un cagón. Vacunarme no. Pienso que es bueno tener miedos, todo el mundo los tiene.

No todo el mundo los reconoce.

—Yo reconozco mis miedos, es bueno ponerlos delante, a lo mejor te haces un poco más fuerte, pero muy poco, yo sigo igual que siempre.

No tiene pinta de ser miedoso.

—¿Crees que doy la pinta de ser muy valiente y aguerrido? Ja, ja, ja€ No sé qué pinta doy. Muchas veces doy impresiones equívocas. Recuerdo cuando empecé en la tele, parecía que estaba muy tranquilo y no lo estaba en absoluto, lo que ocurre es que cuando estoy muy nervioso mi cuerpo se paraliza. A veces soy lo contrario de lo que parezco.

¿Con esta serie ha querido dar una imagen menos bucólica y más real sobre la pareja o la paternidad?

—Uno de los deberes que nosotros como equipo nos autoimpusimos al escribirla fue el de tratar cara a cara la realidad: ¿Qué le pasa a una pareja de verdad cuando tiene hijos? ¿Qué ocurre cuando te haces mayor? Siempre has sido el hijo toda tu vida y ahora eres el padre y también eres el padre de tu padre. Tienes unas responsabilidades que antes no habías tenido y es un paso muy trascendental en tu vida. No puedes explicar estas cosas de una forma muy idealizada, tienes que bajar al barro.

¿Y ha conseguido dar esa visión?

—Creo que la serie nos ha quedado muy humana, muy como es la vida. La vida es muy graciosa, pero tiene un sentido del humor bastante cabrón, te mete chistes en momentos en los que no te apetecía vivirlos.

¿Qué le ha supuesto hacerse mayor?

—Es un proceso de toda una vida. Esta serie es una especie de psicoanálisis de exorcismo, de ir pensando cómo has cambiado, qué has perdido, qué has ganado, es una reflexión continua, ni cuando veo la serie lo tengo muy claro. Es un proceso interesante hacerse mayor, pero aún sigo dando vuelta. Pienso que me he hecho un poco más sabio, tampoco es mucho mérito, era muy tonto. Ja, ja, ja€

¿Se queda con alguna de las tres temporadas?

—No. Me quedo con todas. Es una historia con cierta unidad: principio, nudo y desenlace.

Ha trabajado con niños€

—Y me vas a preguntar qué tal, ¿verdad? Ha ido todo muy bien. Es un rodaje distinto, hay que convertirlo todo en un juego, hay que respetar unos horarios, pero todo ha resultado muy bien. Siempre se dice esa frase de Hitchcock: Rodar con animales y con niños es lo peor. Ha sido muy plácido.

"Esta serie es una especie de psicoanálisis, de exorcismo, de ir pensando cómo has cambiado, qué has perdido, qué has ganado"

"Retrata el mundo que vivíamos hace unos meses, pero sigue siendo este. Sigue habiendo vendehumos, crápulas..."