En la serie da vida a un personaje que tiene mucha ropa sucia en el armario del poder. Es víctima, pero también verdugo, de una trama de corrupción que mezcla la política municipal con fútbol. Ella es Nuria Ballesteros, una mujer que, desde su puesto de alcaldesa, juega con fuego. La actriz madrileña trabaja en los dos proyectos, serie y película, con Daniel Calparsoro, su pareja en la vida real. En Hasta el cielo tiene “un pequeño papel, soy una abogada y la película va de alucineros”, asegura.

¿Qué le gusta más a Nuria Ballesteros, su personaje en Todo por el juego, la política o el fútbol?

Quizá una tercera cosa: el dinero. Ella es la alcaldesa de León y está metida en una espiral de corrupción, una corrupción que da poder, y el negocio del fútbol es un buen argumento para una trama como la de Todo por el juego.

Tal vez se tendría que titular Todo por mi cuenta corriente.

Tal vez, tal vez. Ja, ja, ja. Bueno, creo que está todo muy exagerado y quiero creer que el fútbol no es lo que vemos en la serie, o al menos no todo.

¿Le gusta a usted el fútbol?

No, no soy futbolera, pero tengo un marido al que sí le gusta, y a mi hermano, y a mi hijo, al que llevo a jugar partidos, y también a mis amigos. A veces sí que voy a un partido, pero no porque sea seguidora de uno u otro equipo, sino porque el campo de juego es punto de encuentro con gente a la que quiero.

¿Cómo ha resultado rodar esta serie?

Duro a veces. De hecho tengo el hombro hecho polvo con el tema del boxeo, que he tenido que practicar. Daniel (Calparsoro) es muy exquisito en el trabajo, y cuando rueda quiere que todo quede impecable. Es muy intenso y el esfuerzo boxeando ha sido muy fuerte.

¿También está metido su personaje en peleas de boxeo ilegales?

Ya ves en qué mundo se desenvuelve esta alcaldesa...

¿Es un títere de la política?

Claro, pero eso no quiere decir que refleje a todos los alcaldes y alcaldesas que hay en España. Existe corrupción en todos los ámbitos, pero no hay que generalizar. No debemos caer en esa tentación, porque hay políticos muy honrados.

Ya, pero no se hacen series sobre la honradez...

Ja, ja, ja? No, eso es cierto. Las historias buscan los extremos, pero tenemos que tener en cuenta que hay mucha parte de ficción. Es cierto que las series reflejan cierta parte de realidad, pero no todo lo que cuentan forma parte de la realidad.

¿Nunca había practicado boxeo?

Sí, alguna vez en el gimnasio, durante los entrenamientos para preparar la serie, pero es que las escenas han sido muy fuertes.

Trabajar en pareja es?

Bueno, muy bueno, y en mi caso, un placer. Siempre he trabajado muy a gusto con Daniel y ya llevamos mucho tiempo juntos. Él es exigente, muy cuidadoso y muy profesional.

¿No hace excepciones?

Conmigo no, si es lo que quieres decir. Ser pareja tiene sus ventajas, porque le conozco y sé cuando una interpretación le gusta o no le gusta nada, pero no tengo ninguna ventaja sobre el resto del elenco.

Así que tampoco es más duro con usted que con los demás.

Pues no. Además, yo no diría que Daniel es un director duro; es más bien lo que he dicho antes, un director exigente al que le gusta que las secuencias queden redondas. Para mí es un placer trabajar con él, pero qué te voy a decir yo, ¿verdad?

Aunque trabajar en el mismo sector sea estar hablando de trabajo todo el rato, ¿o no?

No necesariamente, porque hay muchas otras cosas de las que hablar: tenemos un hijo en común y muchas aficiones. La vida no es todo trabajo, aunque es verdad que siempre surgen temas relacionados con la vida laboral.

¿Cómo lleva usted los parones? ¿Qué hace cuando llegan las vacas flacas?

Te diría que llorar por las esquinas, pero no es verdad, aunque algunas lágrimas te cuesta esta profesión. Es un carrusel, una montaña rusa. Tienes temporadas en las que casi no respiras y otras en las que puedes tomar todo el aire que quieras, pero esta profesión es así y nadie ha llegado a ella engañado. Todos sabemos que es inestable.

Inestables, ahora mismo, son casi todas.

Sí, pero unas más que otras.

¿Se imagina en otra profesión?

Pues no, la verdad es que no. Llevo ya tanto tiempo en esta...

¿Tanto?

Demasiado como para plantearme qué es lo que hubiera sido de no hacer esto. La verdad es que no, no me imagino en ningún otro sitio. Esta profesión tiene sus malos momentos, pero son superables.

¿Se ha arrepentido de algo?

Siempre hay algo que has hecho que no te gusta, pero como no lo puedes borrar? Además, de los errores también se aprende.

Eso dicen. Maca, el personaje que usted hizo en Hospital Central, se ha hecho eterno. Hoy todo el mundo lo recuerdo y ya han pasado años...

Fue un personaje importante, muy importante en muchos aspectos. Era la primera vez que en España se abordaban las relaciones entre mujeres en un drama. Se había hecho algo en comedia, pero poco. Lo esencial de la relación de Maca y Esther es que era una historia de amor que iba más allá de que la protagonizaran dos mujeres.

Pero era un personaje arriesgado...

No, en absoluto. No estábamos fuera de la realidad, contábamos algo que existía en la sociedad y aquello sirvió de ayuda a muchas personas que no se atrevían a verbalizar en su familia sus preferencias sexuales.

PERSONAL

Edad: 47 años (27 de agosto de 1972).

Lugar de nacimiento: Madrid.

Familia: Está casada con el director Daniel Calparsoro. Tienen un hijo de trece años, Hugo.

Formación: Estudió interpretación con Cristina Rota.

Trayectoria: Sus primeros pasos los dio en Antena 3 en La noche de Hermida. Ha participado en muchas series, pero a una le debe su popularidad: Hospital Central. Después llegarían Toledo, Frágiles, Las aventuras del capitán Alatriste, Rabia, El señor de los cielos y ahora Todo el por el juego, esta última recién estrenada.