bilbao - El conquistador del Pacífico está dando muchas satisfacciones al segundo canal de Euskal Telebista. Está manteniendo las audiencias muy por encima de la media de ETB-2 y en algunas emisiones ha superado los resultados de temporadas anteriores. Empieza la recta final y los participantes que aún quedan y quieren hacerse con la ikurriña están acusando ya el cansancio de su estancia en esta zona y de las pruebas a las que están siendo sometidos.

Luisito, uno de los concursantes de esta edición, le ha echado un par de narices y ha puesto patas arriba la aventura de El conquistador del Pacífico. Ahora se encuentra solo ante el peligro porque la vuelta de Krasi, Iker e Ibai al campamento y la reacción ante la pérdida de Lekue va a ser drámatica.

Las consecuencias que su decisión le pueden acarrear no son fáciles de valorar, pero Luisito sabe que lo que le espera no va a ser nada bueno, aunque su mayor preocupación en este momento es hacer frente al temperamental Krasi.

Aquellos que superen esta crisis podrán afrontar ese momento que llevan tiempo reivindicando, aún a sabiendas que en los juegos de inmunidad individuales no hay ni trampa ni cartón y que cada cual queda retratado como lo que es.

El reto de esta semana vuelve a ser exigente donde los haya. Los aventureros tendrán que nadar mar adentro para llenar la boca de agua y verterla en un cuenco situado en lo alto de un arco. Una tarea mucho más difícil de lo que parece, ya que nadar con la boca llena de agua salada y respirar son tareas poco compatibles, al igual que trepar por unas cuerdas a lo alto de un arco sin derramar el poco líquido que aún queda en la boca.

A estas alturas, que ya se empieza a vislumbrar la final, por duro que sea cualquier esfuerzo merece la pena, porque una noche en el campamento rico con la tranquilidad que da la inmunidad no se paga con nada. - R. Lakunza