bilbao - Ser actor era su sueño de infancia, pero la moda se cruzó en su camino e invadió durante muchos años su vida laboral convirtiéndole en uno de los modelos más cotizados del mundo y uno de los bilbainos con mayor proyección internacional. Ahora compagina las dos profesiones y no le faltan proyectos de trabajo en el universo de la moda ni en el de la interpretación. Da vida a Nicolás Vázquez en Alta mar, la serie que Netflix estrenó el viernes y de la que ya se está rodando su segunda temporada. Entre manos tiene varios proyectos: el estreno de una película, una comedia junto a Carmen Machi, Lo nunca visto; y un rodaje en Canadá del que no puede contar nada. En lo personal, se muestra tranquilo. Tiene establecida su residencia en Londres y piensa que algún día volverá a su ciudad, Bilbao. Un lugar que echa de menos y que es donde se aloja su seguridad emocional. La historia que tiene en pantalla representa volver a las aventuras que le atrapaban de niño.

¿Cómo es su personaje en ‘Alta mar’?

-Se llama Nicolás Vázquez. Tiene seis hermanos y viene de una familia humilde. Después de la II Guerra Mundial, la situación está especialmente difícil y mi personaje decide ponerse a robar en el puerto para sacar a su familia adelante. Un día le roba el reloj al capitán y este le pilla. Le dice que o va a la cárcel o le mete en la escuela naval para formarse y acompañarle en sus viajes.

Una historia de segundas oportunidades, ¿no?

-Mi personaje ve una oportunidad y la aprovecha. Desde ese momento, el capitán se convierte en una especie de padre para él. Este viaje con el que empieza Alta mar, es el primero del Bárbara de Braganza. Hay mucho en juego, y está lleno de gente que busca una segunda oportunidad. Cuando zarpamos y empiezan a surgir los problemas, Eva (personaje de Ivana Baquero) y yo, somos los que vamos conduciendo la historia e investigando los secretos que esconde este barco.

¿Le sorprendió que le propusieran trabajar en una serie como esta para Netflix? Es una serie que ve mucha gente...

-Me hizo mucha ilusión que me eligieran después de hacer los castings. Pero cuando aceptas un proyecto no piensas en el número de gente que lo va a ver. Piensas en la historia que vas a contar, en la experiencia que supone y en quiénes van a ser tus compañeros de viaje. Haces tu trabajo lo mejor posible sin pensar en la cantidad de espectadores que tendrá. Sobre todo porque eso es algo que no depende de mí.

Tiene que dar vértigo que se emita en tantos países.

-Ahora que estrenamos es cuando nos dicen la cantidad de gente que tiene la posibilidad de verlo y, si te pones a pensarlo, sí impresiona un poco. Pero es algo secundario. Me apetecía mucho trabajar con Bambú y con Netflix, y ha sido una experiencia maravillosa. Confío mucho en esta serie, en el equipo que ha estado dando todo para que salga adelante y en el trabajo que hemos hecho.

¿Cómo definiría la historia de ‘Alta mar’?

-Una historia de aventuras, suspense y amor.

¿Tiene algún parecido con su personaje, Nicolás Vázquez?

-Yo creo que ambos somos unos currantes que aprovechan las oportunidades que la vida les da y trabajan duro por conseguir sus metas.

Ha trabajado en televisión en Estados Unidos, en Telecinco en ‘La verdad’ y ahora en una plataforma de ‘streaming’, ¿nota las diferencias?

-La esencia del trabajo es la misma. Lo único que cambia son los medios y a veces el idioma. Pero al final lo más importante es partir de un buen guion, trabajar duro y rodearte de gente con talento y ganas de hacer bien las cosas.

¿Qué es lo que más le atrajo del proyecto que le presentaron?

-Me leí los primeros guiones y me despertaba mucha curiosidad. Conecté con las aventuras que leía de chaval. La historia estaba muy bien contada y me enganchó. Además, me gustaba la idea de la que parte. Un barco enorme on más de 1.600 personas a bordo y en alta mar. Eso es casi tanta gente como un pueblo... cada uno de ellos con sus circunstancias y sus ilusiones. Pero sin escapatoria. Creí que se podían sacar cosas muy interesantes partiendo de esta idea. Y así ha sido.

¿Ha sido difícil el rodaje de esta serie?

-No ha sido de los personajes más difíciles que he hecho, pero ha sido un rodaje largo y donde he pasado mucho frío. Sobre todo con las tormentas que rodábamos a las dos de la madrugada en las afueras de Madrid en pleno invierno. Pero cuando vi el resultado, sentí que valió la pena con creces.

Esta es su primera serie de época. ¿Cómo se ha sentido viajando a los años 40?

-Es una época en la que no me gustaría vivir, pero trasladarme por unos meses ha sido muy divertido.

Parece que ser actor está pasando por encima de la profesión que le hizo famoso, modelo. ¿Es más cómoda la interpretación que la pasarela o la publicidad?

-Ninguna de las dos profesiones es precisamente cómoda. Son diferentes y siento que estoy en el momento perfecto para compaginar ambas.

¿Le parece que puede haber ciertas similitudes entre su personaje y el de Eva (Ivana Baquero) con los de los protagonistas de ‘Titanic’?

-Quizá en un principio sí había similitudes, pero el director, Carlos Sedes, le dio una vuelta a toda la historia e hizo que saliéramos de los clichés que la gente podría esperar ver. Creo que eso le ha dado una seña de identidad propia a la serie, ha enriquecido mucho la historia y a los personajes.

¿Tenía en mente ser actor cuando salió de Bilbao o solo quería ser modelo?

-Cuando yo era un chaval lo que en realidad quería ser es actor. Siempre ha sido mi sueño. Pero en ese momento no podía ser y la vida me dirigió hacia el mundo de la moda. Aproveché la oportunidad y me lancé a recorrer el mundo como modelo. Cuando eres muy joven, la moda puede ser una profesión divertida e interesante. Me centré en eso hasta que me llegó mi primera oportunidad en el cine con A single man (Un hombre soltero), dirigida por Tom Ford en 2009; y ahí reconecté con ese sueño de la infancia. Hacer una película en Hollywood como primer proyecto te puede abrir muchas puertas, pero sentía que si no estaba formado podía ser un arma de doble filo. Así que rechacé varios proyectos, me metí en una escuela de interpretación y cuando me sentí seguro, di los primeros pasos como actor. Ahora que puedo compaginar las dos profesiones, soy feliz.

¿Echa de menos su ciudad? ¿Qué es lo primero que hace cuando llega a Bilbao?

-Por supuesto que echo de menos Bilbao... es mi punto de partida, donde está la gente que más quiero, mis raíces y representa la seguridad emocional. Ahora estoy viviendo en Londres pero estoy convencido que en algún momento de mi vida volveré a instalarme allí.

¿Qué otros proyectos tiene entre manos?

-A mediados de julio estreno una comedia con Carmen Machi, Lo nunca visto. Es una película dirigida por Marina Seresesky y creo que os vais a reír mucho. Además, estoy a punto de ir a Canadá para rodar otro proyecto, no puedo hablar de él, y seguimos rodando la segunda temporada de Alta mar.