hay muchos que están deseando volver a la oficina pero, ¿merece la pena que regresemos a lo de antes?

Si has visto películas de submarinos, cuando gritan “zafarrancho de combate” siempre tienen tan mala suerte los actores que a los que tienen su puesto en la parte izquierda les toca justo estar a la derecha y a los de la derecha siempre les toca moverse al lado izquierdo. Las ciudades parecen diseñadas como submarinos, los puestos de trabajo están alejados de los centros de trabajo bien porque las casas, los precios de las mismas o por la razón que sea, no están optimizadas para el mundo actual. Son muchas las personas que no estaban contentas con sus hogares pero valoraban positivamente que estuviera cerca del trabajo, pero desde que están teletrabajando miran con cierta envidia a esas personas de las que antes se reían por culpa del atasco mañanero que sufrían. Merece la pena entonces volver a provocar atascos, gastos de gasolina, contaminación de CO2 para volver a esa normalidad que quizás no sea tan normal.

café y pintxo

Está claro que los negocios de restauración son los primeros interesados en que de nuevo las oficinas se llenen con sus clientes para que bajen a tomar el café y el pintxo, que vuelvan a dar los menús del día en proporción a lo que era normal y que las tiendas o supermercados vuelvan a tener a esos clientes no habituales por sus cajas. Los fabricantes de coches están viendo también, además de la subida de impuestos y de la gasolina, que muchos de los posibles compradores están pensado si es necesario adquirir un vehículo si su perspectiva de uso del mismo es la del dominguero de toda la vida. Si además los alcaldes están alejando del centro de las ciudades o en poco prohibiendo el uso del coche, por razones claramente positivas, no pueden pedir ahora que volvamos todos utilizando el transporte público, porque si no el negocio de la ciudad se muere.

Puede que sea la propia tecnología la que pueda ayudar a crear esas ciudades del futuro (sería mejor pensar en ciudades del presente) en las que replantear el número de servicios o de planes y alternativas de ocio. Pero no seguir con la idea que si trabajar desde casa es posible, hacer un llamamiento para que volvamos a lo de antes de la pandemia. Menudo lío contentar a todos: teletrabajadores, restaurantes, vendedores de coches, defensores de la sostenibilidad, supermercados... Yo de momento prefiero trabajar desde casa pero quién sabe lo que nos deparará el futuro.

@juandelaherran