La cocina es, al fin y acabo, una forma de expresión de las sociedades. Es imposible desligar la gastronomía de un lugar de su cultura. ¡Y cada región tiene la suya! Si bien muchos ingredientes se consumen en todos los continentes, y ciertas comidas, como la pizza, se han vuelto internacionales, algunos platos resultan más exóticos que otros. ¡Echemos un vistazo a algunas de las recetas más extravagantes y, a primera vista, menos apetitosas que podemos encontrar alrededor del mundo!

En Guinea, los sesos de mono son uno de los platillos más codiciados, pero lo más espectacular de todo es que se lo comen frescos, directamente del cráneo. ¿Te imaginas sentarte a la mesa y que te sirvan unos sesos de simio calientes y todavía palpitando? ¿O comerte una araña peluda? Porque en Camboya su aperitivo estrella es ¡la tarántula frita!

Pero en cuestión de comer animales con muchas patas, México es el rey de todos, pues su gastronomía cuenta con más de 100 insectos comestibles. Lo más típicos son los gusanos de Maguey, que pueden prepararse en aceite, con mantequilla, en tortilla y hasta en un taco. Pero, además, esta larva de mariposa se seca, se tuesta, se muele y se le añade chile de árbol para hacer una sal de gusano que acompaña a un sinfín de platos de la gastronomía mexicana. Otros insectos muy populares también en este país son los chapulines, una especie de grillo que se suele acompañar con guacamole, y los escamoles, huevos de hormiga: un manjar desde la época prehispánica.

La gastronomía de cada lugar debe aprovechar lo que le rodea y eso en Groenlandia saben hacerlo muy bien. En este país es muy popular el mutkuk, la grasa y la piel de ballena. Aunque normalmente este manjar inuit se come crudo, ¡también puedes probar su versión frita! Pero para originalidad culinaria la de los filipinos, cuyo plato más exquisito es el balut. ¿Sabes qué es esto? Nada menos que el feto de un pájaro de más de dos semanas. ¡De este plato no se desperdicia nada, ni las plumas, ni el pico ni los huesos!

Como puedes ver, las rarezas gastronómicas se extienden por todo el mundo para cada gusto. Y entre otras curiosas costumbres asiáticas, en Vietnam, la rata forma parte de su menú. Quizás, leer esto te esté provocando náuseas, pero ¡ojo!, porque en Europa las ratas también se consumían. Durante el final del siglo XIX, tras el asedio de la capital francesa por las tropas prusianas, debido a la escasez de alimentos, comenzaron a comerse todo lo que encontraban a su paso. Cuando la guerra acabó y con ella el hambre, en París ya se habían habituado a la carne de este roedor y decidieron inventar un plato gourmet: "rata al champagne". Increíble, ¿no?

Seguramente que este repaso por las gastronomías más curiosas, no te haya abierto el apetito, pero, al final, todo se reduce a una cuestión de costumbres. Lo que a uno le puede dar mucho asco en un punto del planeta puede ser una delicia al otro lado del charco. De hecho, nuestra cocina también cuenta con platos nada convencionales. ¿Te has parado a pensar la reacción de un extranjero cuando le sirvan oreja a la plancha? ¿Se atreverá un turista a probar la lamprea cocida en su propia sangre tan típica de Galicia? ¿Cómo reaccionará un turista al enterarse de lo que es la morcilla?

Algunos de nuestros platos autóctonos pueden resultar también una excentricidad. Lo importante es perder los prejuicios, no dejarnos llevar por la primera apariencia y disfrutar de toda la diversidad de la gastronomía.