Fue sinónimo de toxicidad y degradación. Hoy es un espectáculo. Las familias de delfines, a los que se puede salir a ver desde Santurtzi, se aventuran en su desembocadura. Cuando la mar es muy gruesa en el Norte, alguna foca despistada se pasea por la ciudad. Los concursos de pesca con caña se saldan con buenas capturas y los cormoranes, correlimos y fochas revolotean sobre las aguas.

El mismo centro de Bilbao cuenta con empresas que alquilan canoas y tablas de paddle surf para conocer la villa desde la lámina de agua. Cierto que resulta más cómodo sentarse en alguna de las embarcaciones que ofrecen recorridos con explicaciones acerca del urbanismo, la historia y la industria. Desde esos barcos se puede contemplar el barrio portuario de Olabeaga con sus terrazas y restaurantes, frente a la actual isla de Zorrozaurre, en plena reconstrucción. La isla alberga una escuela de circo, centros de exposiciones, un gran bar de inspiración berlinesa, una sala independiente de buen teatro y un puñado de actividades más.

Al otro lado, el viejo canal de Deusto refresca la nueva zona residencial chic, que mira a un magnífico paseo de ribera, con parterres, anchas gradas que dan al agua y un pabellón de remo del que entran y salen traineras y bateles.

Corriente abajo, a la derecha, Erandio, todo sabor y autenticidad. En la otra orilla, el renovado Barakaldo, Sestao y Portugalete, la señora de la margen izquierda, con su traza medieval, su iglesia renacentista, sus 700 años recién cumplidos, su ambiente y el transbordador de hierro conocido en todas partes como Puente Colgante.

Restan Santurtzi, la de corazón pesquero, y la recoleta Zierbena, frecuentada por amantes del marisco. Quien atravesara la bahía con una motora alcanzaría el pie de los acantilados de la Galea, seguido a las playas y casonas de Neguri y el Puerto Viejo de Algorta.

Alojamientos para todos los gustos y restaurantes de precios que van desde lo muy asequible a lo astronómico salpican estas orillas. Desde junio, las fiestas patronales o los festivales de jazz, pop, folk, blues, danza y teatro se encadenan hasta bien entrado octubre. No faltan paelladas, jornadas de la sardina, marmitako o cualquier otro pretexto para el jolgorio. Partidos de pelota, regatas de vela o remo, surf, carreras ciclistas y pruebas de deporte rural jalonan el calendario. Conviene reservar una mañana para remontar el río hasta su nacedero: el salto del Nervión, en Orduña, a tres cuartos de hora por carretera. Se trata de la cascada más alta de la península con 221 metros. Lo dicho, un espectáculo.

Aves a la vista en Urdaibai

Urdaibai Bird Center es un gran museo vivo de la naturaleza en plena marisma. En junio abre los fines de semana, mientras que en julio y agosto se puede disfrutar del mundo de las aves todos los días. Es un observatorio único de la marisma y se encuentra ubicado en el corazón dela Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Se trata de un centro para investigación ornitológica y medioambiental. Pero cuenta con un centro de interpretación moderno y bien equipado, y un observatorio dotado con telescopios y cámaras de aumento que permiten aproximar a las aves hasta casi al alcance de la mano. La chavalería disfruta de lo lindo mientras aprende, porque el personal está habituado a tratar con peques. Los senderos entre el carrizo que rodea el Bird Center ocultan miradores camuflados que ofrecen otro tipo de experiencia. En Gautegiz-Arteaga, muy cerca del castillo de Eugenia de Montijo, Gernika y las playas de Laga y Laida.

Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao

El impacto del Guggenheim y la espléndida colección y programación del Museo de Bellas Artes de Bilbao ensombrecen el interés por otros centros en Bizkaia. Uno de los que escapa a las personas que pasan por el Botxo es el Museo de Reproducciones Artísticas. La reforma de la iglesia de San Francisco, en la calle del mismo nombre, habilitó el espacio ideal para una colección reducida pero realmente maravillosa. Se trata de reproducciones idénticas de obras maestras de la escultura.

Desde el Moisés de Miguel Ángel, pasando por la Victoria de Samotracia, el Auriga, parte del friso del Partenón, la Venus de Milo o el mismísimo Código de Hammurabi entre otras. Es uno de los museos más antiguos de la ciudad ya que su junta de patronato se constituyó en 1927 con la finalidad de acercar grandes creaciones artísticas a la población de Bilbao y Bizkaia que no disponía de medios para viajar.

Cueva de Pozalagua, única en el mundo

Los trabajos de la cantera de dolomía de Karrantza abrieron un agujero en la montaña en 1957. Y el otro lado escondía algo único. Las autoridades decidieron cerrar la cantera años después y el conjunto de grutas es visitable desde hace tres décadas. Las cuevas están repletas de estalactitas y estalagmitas. Las más inusuales son las estalactitas excéntricas; crecen caprichosamente en cualquier dirección, creando figuras que asemejan corales. Son muy poco habituales.

Los geólogos consideran que tal concentración de excéntricas convierte a Pozalagua en un caso único. Por si esto fuera poco, Pozalagua se encuentra en el Parque Natural de Armañón, cuyo centro de interpretación está junto a la boca de la cueva. El Karpin, parque de recuperación de fauna también queda muy próximo.