Con la comida pagada y sin poder disfrutarla. Así es como les ha pillado a Lina y Eliseo en el momento que desde megafonía se ha avisado del desalojo de Ballonti "por motivos técnicos".
"Hemos tenido que abonar el importe de una comida que no hemos probado. Nos hemos marchado corriendo sin comer", comenta Eliseo, mientras espera poder recuperar el coche que tiene . "Al principio no sabíamos qué estaba pasando. Una voz por megafonía nos decía que teníamos que salir de aquí. Luego, hablando con la gente, se ha corrido la voz de que era un aviso de bomba", dice.
A escasos metros del perímetro de seguridades, situado en un bloque de viviendas cercanas a la gran superficie de Portugalete, tres dependientas de la tienda Claire's se resguardan del viento en un bordillo.
"Hemos salido con lo puesto. Yo tengo el coche en el garaje y no sé cuándo voy a poder entrar", dice una de ellas, que prefiere mantenerse en el anonimato. "En cuanto hemos oído el aviso hemos cerrado la tienda como hemos podido y, siguiendo las indicaciones de la policía, hemos acabado aquí".
