Hay varios factores que hacen que un teléfono sustraído pueda volver a su propietario. Pero la más importante es la denuncia inmediata. Esto sirve a la Policía Municipal para rastrear el móvil antes de que los ladrones desactiven la localización y, paralelamente, sigan la pista de los malhechores a través de las cámaras de seguridad instaladas en las calles o incluso comercios. “Conseguimos recuperar un alto número de teléfonos robados, sobre todo al momento”, garantiza al respecto Iñaki Elexalde, director de Seguridad Ciudadana de la Policía Municipal de Bilbao. “Hemos hecho alguna actuación contra los receptadores, que son los que se dedican a intercambiar los teléfonos por dinero”, explica el agente ejemplificando cómo sus investigaciones van más allá.

En ese sentido, Elexalde asevera que a la hora de denunciar el robo de un teléfono móvil es muy importante que la víctima aporte el IMEI del terminal. Se trata de un número de 16 dígitos que identifica el teléfono, de forma unívoca, con el que se puede hallar el dispositivo independientemente de que le hayan cambiado la tarjeta SIM. “Si tenemos denuncias con los IMEI encontramos rápidamente a los ladrones, muchas veces incluso antes de que otra posible víctima se haya dado cuenta de que les han robado el teléfono”, asevera el director de Seguridad Ciudadana. Esto puede ocurrir porque hay ocasiones en las que detienen a un ladrón “y a la hora de cachearlos nos encontramos con cuatro o cinco móviles de dudosa procedencia”, afirma al respecto.

En el caso de que la víctima no pueda aportar la información relativa al IMEI, siempre existirá la posibilidad de rastrear las cámaras de videovigilancia instaladas en la ciudad. Según un informe del Ararteko, el Ayuntamiento de Bilbao cuenta con 265 cámaras en espacios como oficinas, espacios culturales y cascos urbanos. Sin embargo, la Guardia Urbana también podría solicitar las grabaciones de los comercios o de la Ertzaintza, que además de cámaras en espacios públicos cuenta con cámaras móviles para utilizar en eventos masivos. En cualquier caso, la celeridad a la hora de denunciar es primordial. “Si el hurto ha sido en la calle será más fácil identificar al autor a través de cámaras”, asevera.

Localización

Desde que los móviles dejaron de ser simplemente dispositivos para hacer llamadas y mandar mensajes y comenzaron a ser smartphones pasaron a convertirse en uno de los objetos más codiciados de los ladrones. Esto es así por el valor que alcanza el objeto, ya que hay terminales que superan los 1.000 euros. “Los delincuentes roban teléfonos porque pueden cambiar por dinero de manera relativamente rápida. Sabemos que hay lugares en los que se compran estos teléfonos y después se vuelven a vender en mercados internacionales”, relata Iñaki Elexalde, quien concreta que “se mandan a África”. En ese sentido, afirma que han realizado varias investigaciones para conocer el paradero de aquellos móviles que se sustraen: “Hemos conseguido detener y llevar a los tribunales a personas que se dedican a ello”, asegura.

Para ello, una de las líneas de investigación que siguen es a través de la localización que a veces tienen activada los teléfonos. “Pero los ladrones también son eficaces en su trabajo. La localización funciona un tiempo, lo que nos permite ubicar y enfocar las investigaciones, pero no siempre dan una información precisa”, revela Iñaki Elexalde. En ese sentido, explica que puede ocurrir que el seguimiento de la localización apunte a un edificio residencial”. En ese caso, además de que no se identifica un inmueble en particular, los agentes tampoco pueden acceder sin una orden de registro. “La actuación policial es muy compleja”, reconoce. Sin embargo, si la localización apunta a un comercio abierto al público, la actuación puede ser diferente. “Hemos actuado en locales en los que, por las investigaciones, sabíamos que en la trastienda se dedicaban a recepcionar móviles robados”, asevera.