El principal acusado de asesinar a tiros a David G. en octubre de 2019 en el barrio de San Francisco ha señalado este jueves ante el jurado que le juzga en Bilbao que "todo el mundo se merece una segunda oportunidad".
El presunto autor del disparo que acabó con la vida de la víctima, al cual su abogado defensor atribuye un delito de homicidio y no de asesinato como lo hacen la Fiscalía y las acusaciones particulares, ha ejercido su derecho a la última palabra en el juicio seguido por esta causa en la Audiencia de Bizkaia contra él y su padre como principales acusados y contra otras tres personas de su familia como posibles cómplices.
"Todo el mundo se merece una segunda oportunidad, por favor", ha señalado el joven, después de que su padre también tomará la palabra y afirmara que "la verdad siempre sale. En la nueva sesión de este juicio, que quedará pendiente de veredicto la próxima semana, las partes defendieron sus informes de conclusiones, sin variación respecto a las que efectuaron provisionalmente las acusaciones y la Fiscalía.
La fiscal consideró que se ha probado sin "lugar a dudas" que la víctima fue asesinada con "alevosía", tiroteada por la espalda y "sin posibilidad de defensa mientras huía".
Como se recordará los hechos ocurrieron el 24 de octubre de 2019 en la calle Zabala, donde residían los principales acusados, cuando acudieron al lugar la víctima, su esposa y su hermano, con quien la exmujer del presunto autor del disparo mortal había rehecho su vida.
Acudieron horas después de que el principal acusado agrediera presuntamente a la actual pareja de su exmujer en el Casco Viejo de Bilbao.
La fiscal, que indicó que padre e hijo "podían haber optado por otra solución, pero bajaron -de su vivienda- con las escopetas", ha recordado que la víctima recibió el impacto de cinco postas, tres de ellas en la cabeza, y que el principal acusado reconoció el disparo que lo causó. "Dijo que no quería matarlo, pero lo mató", ha asegurado.
La Fiscalía mantiene su petición de 24 años de prisión para el presunto autor del disparo mortal y su padre por sendos delitos de asesinato con alevosía y de asesinato en grado de tentativa hacia el hermano de David G. Sí reconoció una atenuación en la pena solicitada al considerar que sufren una alteración psicológica por "ideación sobrevalorada de su conducta por sus creencias religiosas".
Según la fiscal, "no hay duda" de que el padre tiró una vez al aire y otra "directamente" contra el vehículo en el que abandonó el lugar el hermano de la víctima. "Alguna de las postas que rompió la luna podía haber reventado en la cabeza" del hermano de David G., ha especificado.
"Inició la ejecución, disparó", pero el hermano "tuvo suerte" y "se libró", ha señalado la fiscal, que ha hecho ver al jurado que en alguno de los vídeos visionados este jueves en el juicio, en su día grabados por particulares en el lugar, se ve al padre e hijo, tras caer abatido David G., "darse la vuelta y marchar tranquilamente".
Las acusaciones particulares, en representación de la viuda e hijas del fallecido, por una parte, y del hermano del muerto, por otra, también han mantenido sus conclusiones. La primera de ellas pide prisión permanente revisable para el presunto autor del disparo mortal y 20 años de prisión para su padre, mientras que la segunda reclama 28 años para ambos.
Asimismo, demandan hasta 18 años de cárcel para los otros tres acusados como cómplices y no comparten la consideración de la Fiscalía de que son presuntos autores de un delito leve de amenazas por golpear el coche del hermano de la víctima.
"Desastrosa actuación"
Sobre si hubo un plan premeditado, el abogado defensor del principal acusado, lo ha negado contundentemente. En su conclusión ha atribuido un delito de homicidio por el que pide, según una modificación introducida en su postura, una pena de 4 años y 6 meses de prisión. Lo que hubo, según su relato, fue "una desastrosa actuación", un "sin pensarlo" de su defendido, que reconoció la autoría del disparo que acabó con la vida de David G., indicó.
Según ha dicho, actuó por un "miedo insuperable" y en "legítima defensa" al presentarse en su lugar de residencia la víctima y sus familiares con "armas, cuchillos, quizá una pistola" en un modo "brutalmente agresivo".
El letrado ha señalado que a ello se suma que el estado mental del principal acusado "no es el más correcto" y ha recordado que una especialista que le analizó tras los hechos habló de "retraso mental".
Por su parte, el abogado del padre del presunto autor del disparo mortal ha señalado que no ve ninguna responsabilidad penal de su defendido. Según indicó, "no se justifica que se corresponsabilice a un padre por los hechos de un hijo".