Durante la noche, el cuerpo entra en reposo y la producción de saliva disminuye drásticamente. La saliva actúa como un limpiador natural que arrastra bacterias, restos de comida y células muertas de la boca. Al reducirse su flujo, las bacterias orales se multiplican y liberan compuestos de azufre, responsables de ese olor desagradable que muchos notan al abrir los ojos.

Si además duermes con la boca abierta, roncas o usas medicamentos que resecan la mucosa, el efecto se multiplica. También influyen hábitos poco saludables, como fumar, consumir alcohol o cenar muy tarde, ya que todos contribuyen a la sequedad bucal y alteran el equilibrio natural del microbioma bucal.

Los expertos recuerdan que incluso problemas digestivos o respiratorios como la sinusitis o el reflujo gástrico pueden agravar el mal aliento mañanero, especialmente si se acompañan de una higiene bucal deficiente.

Claves para evitar la halitosis

La primera regla para evitar el mal aliento es cepillarse los dientes antes de acostarse, pero hacerlo bien. Los odontólogos recomiendan dedicar al menos dos minutos completos a la limpieza, cubriendo dientes, encías y, sobre todo, la lengua, donde se acumula la mayor parte de las bacterias.

Usar hilo dental cada noche también ayuda a eliminar restos de comida entre los dientes que el cepillo no alcanza. Y el último paso debe ser siempre un enjuague bucal sin alcohol, ya que los colutorios con base alcohólica pueden resecar la boca y empeorar el problema.

El hilo dental es necesario para llevar a cabo una limpieza total de los dientes Freepik

Beber un vaso de agua antes de dormir y otro al despertar estimula la producción de saliva y ayuda a limpiar la cavidad oral de forma natural. También es recomendable evitar cenas copiosas o con alto contenido en ajo, cebolla o alimentos muy grasos y que tienden a dejar residuos olorosos en el aliento incluso varias horas después.

Hábitos a tener en cuenta

Más allá de la higiene, hay pequeños gestos que pueden marcar una gran diferencia. Dormir con la boca cerrada, mantener una buena hidratación durante el día y reducir el consumo de café y tabaco son claves para una boca más sana y sin olores.

Si llevas prótesis dentales, debes limpiarlas cuidadosamente cada noche, ya que pueden convertirse en un reservorio de bacterias. Y si usas férula de descarga o alineadores, conviene lavarlos con jabón neutro y cepillo suave antes y después de su uso.

Por la mañana, además del cepillado habitual, masticar manzana, perejil o menta fresca ayuda a neutralizar los compuestos sulfurosos y refrescar el aliento de forma natural. Los chicles sin azúcar también estimulan la saliva, pero deben ser un complemento, no un sustituto de la limpieza.

Cuándo acudir al dentista

Si a pesar de seguir una rutina de higiene completa el mal aliento persiste más allá de las primeras horas del día, puede tratarse de halitosis crónica. En ese caso, los especialistas recomiendan una revisión dental para descartar gingivitis, periodontitis o caries, que son causas frecuentes de mal olor persistente.

Una dentista atiende a una paciente en una clínica dental. Freepik

Cuando la cavidad bucal está sana y el mal aliento sigue presente, puede ser síntoma de problemas digestivos, hepáticos o respiratorios, por lo que conviene consultar también con un médico o un gastroenterólogo.