Los meses previos al verano suelen ser periodos propios para querer quitarse esos kilos de más que se han ganado durante el invierno.

Si a lo largo de todo el año bajar de peso suele ser una de las preocupaciones más comunes de la ciudadanía, con la llegada del calor gana protagonismo, haciéndose popular la tan famosa frase ‘operación bikini’ y recurriendo, en muchas ocasiones, a las llamadas ‘dietas milagro’.

Pero, ¿por qué no debemos hacer caso a esas dietas de urgencia? Porque realmente la mayoría de ellas fracasan y no alcanzan el resultado deseado. Para adelgazar, es importante seguir otro tipo de métodos más sencillos, sobre todo más saludables, además de personalizados y adaptados a cada persona y situación.

Los especialistas lo tienen claro, no se trata de bajar kilos de manera rápida, sino de aprender a comer y llevar una dieta saludable y equilibrada.

Añaden que, adelgazar de manera eficaz no significa en ningún caso dejar de comer, por lo que recomiendan en primer lugar acudir a un especialista, que ayudará a seguir las pautas correctas y de forma eficaz.

No obstante, se atreven a hacer recomendaciones generales para quienes aún estén a tiempo de intentarlo. Hacer cinco comidas al día y practicar ejercicio constantemente es una de las reglas básicas para adelgazar.

De sobra conocido es también lo bueno que representa comer fruta entre horas y evitar consumir en exceso productos con muchos carbohidratos como las patatas o el pan.

Hay otras pautas, como sustituir azúcar por algún edulcorante natural, no olvidarse de beber abundante agua y reducir al máximo el consumo de bebidas azucaradas, gaseosas y alcohólicas que también pueden ayudar. Y tampoco se olvidan de recomendar que resulta interesante pesarse una vez a la semana, y a poder ser, siempre a la misma hora.

Peligros

Todo lo expuesto hasta el momento lleva a pensar que las llamadas ‘dietas milagro’ no son nada eficaces, ya que prometen perder mucho peso en pocos días, pero cuando se deja de hacerlas se vuelve a recuperar rápidamente lo perdido.

Una dieta que permite perder mucho peso en poco tiempo o que resulta una solución rápida, es frecuentemente una dieta estricta, limitada en nutrientes de calidad y muy pobre en calorías, lo que puede acarrear importantes peligros para la salud.

Así, cuando se pierde más de un 1% de peso corporal por semana, no sólo si pierde grasas sino también, un gran porcentaje de masa magra que incluye músculo y huesos.

Las dietas que promueven una pérdida de peso masiva y además son restrictivas, pueden además propiciar la falta de vitamina D y calcio, afectando con ello a los dientes y huesos. Está comprobado el impacto óseo de las dietas que favorecen la pérdida de peso notable.

Por ello, lo mejor es evitar este tipo de dietas restringidas si se quiere preservar la salud de huesos y dientes, evitando a largo plazo la caída de piezas dentales o la osteoporosis.

Otras de sus consecuencias pueden ser la sequedad en la piel, provocando dermatitis, problemas de visión, caída de cabello o debilidad. Pero no hay que olvidar tampoco el cambio metabólico que generan, la peor composición corporal y el estrés, incrementando con ello el riesgo cardíaco y, por supuesto, los numerosos trastornos alimenticios que conllevan.