La negociación, el acuerdo y la política en general han vuelto al Estado español tras un ciclo electoral de alto voltaje en los últimos meses. Y, pese a todo lo acontecido desde mayo y a las numerosas dudas sobre la nueva legislatura, Pedro Sánchez vuelve a salir vencedor en una votación trascendental, acompañado de los grupos que le han sustentado en los últimos cuatro años.
De esta manera, en la jornada de la constitución de las Cortes, la socialista Francina Armengol se impuso finalmente sin apuros –178 votos– para presidir el Congreso de los Diputados, que conformó una Mesa que será de mayoría progresista (cinco puestos para PSOE y Sumar, por cuatro para el PP).
Pero quien decantó la balanza en la jornada clave de ayer fue Junts, que a última hora optó por rebajar sus exigencias iniciales y cerrar un acuerdo con el PSOE que incluye comisiones parlamentarias para Pegasus y los atentados del 17-A, así como la utilización con plena normalidad del catalán, el euskera y el gallego en la Cámara Baja.
Pese a la incertidumbre existente en las horas previas a la sesión inicial, los de Carles Puigdemont hicieron una lectura posibilista de la situación –son la llave de la legislatura– y dieron el visto bueno a una Mesa progresista con el objetivo de ganar tiempo y seguir negociando cosas de mayor enjundia con Pedro Sánchez.
Junts quiere sacar todo el provecho posible a la situación privilegiada de la que goza en el Estado tras el 23-J y se dispone por tanto a dialogar ahora con los socialistas todo lo relativo a la investidura de Sánchez. Y es aquí donde los de Puigdemont pondrán sobre la mesa sus exigencias principales. Entre ellas, la amnistía para el conjunto de los procesados por el 1-O, que todo apunta a que será la principal batalla en esta negociación.
A esa demanda se une también Esquerra, que ayer se sumó a la mayoría de la Cámara, aunque un tanto incómoda con el flamante protagonismo de JxCat, su principal contrincante en el bloque independentista.
Respecto a los grupos vascos, no hubo sorpresas en su posicionamiento y tanto el PNV como EH Bildu votaron a favor de Francina Armengol y del resto de puestos que se repartieron el PSOE y Sumar.
El resultado que arrojó ayer la votación de la Presidencia del hemiciclo es bien claro: 178 respaldos para Francina Armengol y tan solo 138 para la popular Cuca Gamarra, que únicamente logró sumar a la diputada de Coalición Canaria. Vox, por su parte, rompió con el PP y votó a su propio candidato, Ignacio Gil Lázaro.
Esta última fue una de las sorpresas de la jornada, ya que los de Alberto Núñez Feijóo, que se estrenaba como diputado, y los de Santiago Abascal fueron cada uno por su lado y evidenciaron una ruptura en la unidad que habían escenificado en las últimas semanas, cuando Abascal ofreció gratis sus escaños a Feijóo de cara a una hipotética investidura del líder de los populares.
Es precisamente esta carta de presentarse a la investidura la que se le pone difícil a Feijóo tras la votación de ayer, ya que el marcador en el Congreso dejó al PP en una clarísima minoría y falta de apoyos; lo que complica que Felipe VI designe en primer lugar el líder popular para someterse a la confianza de la Cámara.
Como no hay una regla escrita sobre a quién debe otorgar la confianza el jefe de Estado tras la ronda de consultas que comenzará en breve, el monarca podría elegir al candidato que goce de mayor apoyo parlamentario (Sánchez), en lugar de al que quedó en primer lugar el 23-J (Feijóo).
Reivindicación histórica
En resumidas cuentas, comienza una legislatura nueva con ciertos aires continuistas pero también con cambios de calado. El primero de ellos, que por fin se escucharán con normalidad el euskera, el catalán y el gallego en la Cámara baja, una aspiración histórica de los grupos nacionalistas.
PEDRO ROLLÁN
Un ‘ayusista’ al frente del senado
- El PP tiene mayoría absoluta. El senador popular Pedro Rollán, muy cercano a Isabel Díaz Ayuso, fue elegido presidente del Senado en la sesión constitutiva de la Cámara Alta, paralela a la del Congreso, al tener los populares mayoría absoluta en este hemiciclo. Rollán, que fue el senador más votado en las elecciones generales, obtuvo 142 votos a favor, mientras que 114 senadores votaron en blanco, entre ellos los 88 del PSOE. Los 142 votos obtenidos por el PP suponen 12 votos más de la mayoría absoluta fijada en 130.