eL panorama político en el que nos hemos adentrado en los últimos tiempos es tan convulso que una reflexión sosegada es lo menos que podemos hacer.

El acerbo ideológico del PNV se basa en dos pilares que recoge JEL y que a lo largo de los años ha ido modulándose, con la pertenencia a la Internacional Demócrata Cristiana y apoyo a la Europa de los Pueblos. Ahí se anclaba nuestro ideario ideológico.

En el mundo de hoy, en la Europa en que vivimos, hemos estado en el grupo de partidos fundadores de la UE, democristianos o populares liberales y socialdemócratas, y no es difícil pactar con ellos y entre ellos.

El problema viene cuando, en aras del poder, se quieren abrir otras puertas a los extremos, por la derecha y por la izquierda, con lo que conlleva registrar gobiernos que se orientan a un lado o al otro.

Yo no quiero que me gobierne ni Vox ni Sumar. Acepto que me gobierne el PSOE o el PP, por lo que tendrán que pactar lo necesario en el Parlamento, pero no quiero su presencia en el Gobierno.

Aquí hago un inciso porque veo que Vox renuncia a formar parte del Gobierno. Espero que Sumar haga lo mismo.

No quiero que con mi voto haya ministros de Vox ni de Sumar por su radicalidad y porque en Europa tampoco los quieren. La tradición democristiana del PNV no se soporta bien con esos ministros podemitas que han hecho un destrozo social y a los que hemos soportado con nuestro voto.

Por cierto, al PNV solo le interesa lo de Euskadi. Lo que haga Vox en Valencia o Extremadura le da igual, en cambio no le da igual si está en el Gobierno Central porque eso sí nos afecta. Lo mismo pasa con Sumar; nos afecta que esté en el Gobierno central, luego si Sánchez quiere llevar a Sumar, no con mi voto.

No me extraña que nos pase factura electoral y aquí nadie acepta un grave error que se ha pagado con creces. Alguno quiere tapar esos errores tirando por elevación al soberanismo, como elemento de cohesión con los jeltzales como si fuéramos bobos. Ya está bien de errar y que no tenga consecuencias. Dos elecciones, en tan poco tiempo, que nos han dejado con el culo al aire y parece que no pasa nada.

Si vamos a unas nuevas elecciones y en primavera nos esperan las nuestras, no sé cómo se podrían pagar cuatro campañas en un año. Esto va a ser un misterio, para todos los grupos políticos.

Es que no puede ser que en Europa no quieran saber nada del espectro Sumar, con Melenchón a la cabeza, y aquí aceptamos a los que están en contra de todo lo esencial de Europa, la UE, la OTAN, la guerra de Ucrania y a favor de Rusia, Maduro, Ortega y otros personajes del estilo. Por cierto, Melenchón enemigo del euskera.

Bajando de nivel podemos hablar de empresas y empresarios, vivienda o propiedad privada, ayudas sociales que desde Euskadi hemos liderado en el Estado.

Cuando un grupo de acomplejados no defiende nuestro programa a tope parece que se está cavando su tumba. Tenemos tanto y tan bien hecho como para sacar pecho y al que le flojean las piernas hay que recordarle lo que somos y de dónde venimos, para avanzar. Resulta que ahora los que no han hecho nada nos quieren dar lecciones.

Me hace gracia, por decir algo, que algunos que han defendido el asesinato, el secuestro y la mordida más cruel como el impuesto revolucionario ahora nos vengan como los que no han tenido corrupción. Pero, ¿se puede ser más cínico y mentiroso? Y dicen que no han tenido corrupción. Si el jefe máximo perteneció a la Supermafia Corrupta. Yo le reconozco su cambio, si es de verdad, pero todos los corruptos deben irse a casa y ellos los primeros. Me alegro cuando aparecen personas que no han sido corruptas en las listas de Bildu. Tengo amigos entre ellos. Pero de lecciones, nada. Podría estar escribiendo horas y horas, pero hay que acabar. Estoy muy preocupado, lo de Gipuzkoa es de hacérselo mirar. Por cierto, Sumar votó contra la candidata del PNV (27-24). Por cierto, el PNV no paró al PP; paró a Vox y han tenido que aceptar que no estarán en el Gobierno. Ese fue nuestro único éxito, que tampoco lo hemos sabido defender. Continuará.

* Ex diputado general de Bizkaia