Al Gobierno Vasco en funciones apenas le quedan unos días antes de que Imanol Pradales sea designado lehendakari el próximo jueves y de que jure su cargo en la Casa de Juntas de Gernika el sábado 22 de junio, pero el actual ejecutivo no ha querido olvidar su compromiso con la memoria, y una de los últimos actos de la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa, ha sido entregar los Cuadernos de Memoria y Reconocimiento a las familias de 34 personas asesinadas en Euskadi por ETA y los Comandos Autónomos entre 1978 y 1982 y cuyos crímenes no han sido esclarecidos.

No olvidar lo sucedido

En el acto que se ha celebrado en el Palacio Villa Suso de Gasteiz la consejera Melgosa ha hecho un llamamiento a no olvidar a las víctimas. "Les asesinaron. Os los arrebataron. Quisieron borrar sus vidas y sus nombres de la faz de la tierra. Truncaron sus sueños. Pero no, nunca, nunca conseguirán borrar vuestra memoria", ha señalado. “Ese es el sentido de estos sencillos cuadernos que recogen trazos y pinceladas de su vida y del expediente judicial de su caso”, ha insistido, “decirnos a todos y todas y decirles a quienes os quitaron la vida: no, no lo conseguisteis. Seguís muy presentes en el corazón de los vuestros y en la memoria colectiva de este país”.

Esclarecimiento de los crímenes

La consejera Melgosa ha asegurado que las instituciones deben ir más allá de los homenajes y elaborar políticas públicas que apoyen a las víctimas poniéndolas en el centro. Políticas de acompañamiento y de "reconocimiento legal, institucional, social, simbólico y moral, pero también de memoria" que deben evitar la revictimización y "que contribuyan al esclarecimiento de todos los asesinatos de ETA". "No sé cuál es la fórmula legal, factible y más eficaz para ello. Pero sí sé que no es un imposible y que debiéramos afrontar esta asignatura pendiente como una prioridad de nuestras políticas. Se lo debemos a las víctimas. Nos lo debemos a nosotros como sociedad", ha afirmado.

Los cuadernos

Y dar el reconocimiento merecido a las víctimas es el sentido de los Cuadernos de Memoria y Reconocimiento que este este sábado han recogido ocho familiares de los asesinados, y que contienen en un dossier quiénes fueron, cómo vivieron y cómo murieron estas víctimas del terrorismo de ETA cuyos casos no están resueltos, así como diverso material gráfico proporcionado por familiares con la ayuda de AVT. Las familias reciben un documento firmado por el lehendakari Iñigo Urkullu, en el que expresa “solemnemente el reconocimiento institucional del Gobierno vasco” a la familia de la víctima como “una contribución al derecho a la verdad y a la justicia” y subraya la injusticia de cada asesinato. En el documento, el lehendakari comparte “con toda su familia y sus personas más queridas el recuerdo, reconocimiento y homenaje a una persona que vio injustamente truncado su derecho a la vida”. El texto concluye diciendo que “mantener su memoria contribuye a evitar que algo parecido pueda volver a repetirse”.

Ahondar en la convivencia

La consejera en funciones ha lanzado igualmente un mensaje de esperanza, “con una apelación a la convivencia. Un modelo de convivencia basado en la deslegitimación radical del terrorismo, en principios y valores éticos y democráticos, en la defensa y promoción de los derechos humanos, en el respeto al diferente, el dialogo y la empatía, y en la voluntad de construir juntos la casa común. Es éste el mejor homenaje que hoy les podemos tributar a todas las víctimas”.

Homenaje tras medio siglo

En el acto también se ha honrado la memoria de tres víctimas asesinadas en 1974 con motivo del 50 aniversario. Se trata de Gregorio Posada Zurrón, Argimiro García Estevez y Luis Santos Hernández. La hija del primero, Teresa Posada; el hijo del segundo, José María García, y la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Castilla y León, han recibido un obsequio recordatorio de manos de la consejera Melgosa con motivo del aniversario.

"Gregorio, Manuel, Martín, Jerónimo, Luis y Argimiro fueron seis guardias civiles y no debieron ser asesinados, ni en 1974 ni nunca. Su asesinato, como el de todos los demás, fue una radical injusticia. Les hubiéramos querido vivos, con los suyos, con todos nosotros y nosotras", ha afirmado Nerea Melgosa.