El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reconoció ayer jueves en una entrevista en TVE que la ley de la amnistía, que apenas ha arrancado su tramitación por la vía de la urgencia, “no era el paso siguiente que quería dar”. Si bien, y pese a todas las dificultades que se encontrará en el camino –la oposición de un PP que controla el Senado, posible recursos ante el Tribunal Constitucional...–, es una medida “coherente y consecuente” con la política “de normalización y estabilización” en Catalunya tras años de enfrentamiento a cara de perro entre el independentismo y el Estado a causa del procés. Desinflamar el conflicto político era una condición más que necesaria, según el propio Sánchez, que con esta iniciativa ha visto al menos cómo su Ejecutivo ha podido echar a rodar, aunque no sin tener que superar innumerables escollos.

En su primera entrevista tras ser investido como presidente, Sánchez consideró que, a pesar de que la derecha y la ultraderecha –PP y Vox– han venido tomando las calles para protestar contra la amnistía, quienes han secundado estas manifestaciones terminarán asumiéndola porque “va a ser bueno para el país en términos de convivencia”. Equiparándola a otras iniciativas como la implantación de la ley del divorcio y la ley del matrimonio entre persona del mismo sexo, dos medidas a las que se oponían las fuerzas conservadoras en el momento de su aprobación y ahora da por buenas, Sánchez afirmó que la realidad de hoy dista –y mucho– de la de hace años. Tanto que hasta destacados miembros del PP hacen “de padrinos de bodas” en enlaces entre personas LGTBI. Asimismo, la aplicación de la amnistía permitirá “reincorporar” al sistema a fuerzas políticas que desde 2017 estaban fuera, en referencia a Junts.

Por su parte, y tras ser cuestionado directamente por su cambio de posicionamiento sobre la amnistía y su encaje en el andamiaje constitucional en apenas unos meses, los que van entre la campaña electoral y la fase abierta después del 23-J, en la que los votos de los soberanistas catalanes le eran indispensables para mantenerse en la Moncloa, el presidente socialista aseveró que las intentonas de los independentistas en la anterior legislatura tenían un marchamo de inconstitucionalidad, mientras que la propuesta socialista de ahora cuenta con todas las garantías y es plausible dentro de la Carta Magna. Es “constitucional”, resumió Sánchez. En todo caso, Sánchez cambió de opinión nada más celebrarse la cita con las urnas, y, especialmente, al ver cómo se formó un grupo de más de 50 diputados en el congreso que “estaban pidiendo” la medida de gracia. Así, no dudó en apostillar que, “en política, como en la vida, hay que optar entre las soluciones ideales o las soluciones posibles”, más si cabe si no tiene los apoyos suficientes.

Entendiendo que haya muchos electores “conservadores e incluso que no son conservadores” “refractarios” y que tienen dudas sobre esta decisión, Sánchez les pidió un voto de confianza. La amnistía va a ser una decisión “buena” para la convivencia y por tanto para España, incidió. Teniendo en cuenta que rebajar el suflé independentista en Catalunya ha sido uno de sus principales objetivos durante estos últimos cuatro años, y que esas reclamaciones vuelvan al carril de la normalidad parlamentaria, Sánchez no dudó en reconocer que “probablemente no era el paso siguiente que quería dar, pero es un paso coherente y consecuente con la política de normalización y de estabilización”. Y es que las elecciones del 23 de julio –en las que el PP y Vox no lograron alcanzar la ansiada mayoría absoluta– dieron una patada en el tablero político y el PSOE –junto al apoyo de numerosos grupos políticos– pudo abrazar la gobernabilidad. Sánchez o vio claro desde esa misma noche, rememoró, y puso rumbo a unas negociaciones “muy complejas” que finalmente pudo solventar con éxito. Pero el 23-J, jornada en la que salvó “una bola de partido muy importante”, fue clave.

‘Lawfare’

En cuanto a un de los términos que durante las últimas semanas está adquiriendo un enorme protagonismo, el del lawfare o instrumentalización de la Justicia, el presidente no dudó en asegurar que se han dado casos. Así, puso como ejemplos el uso de la policía por parte del PP en el caso Kitchen. “Definitivamente” se ha echado mano de algunas instituciones públicas para perseguir a adversarios políticos y ocultar pruebas en causas judiciales “que afectaban al Partido Popular”. “Eso es la Operación Kitchen”, repitió un Sánchez que rechazó además que haya actuado contra la separación de poderes –más en concreto contra la independencia del Poder Judicial– al reconocer este tipo de casos. Nunca ha puesto en cuestión una sentencia aunque haya estado en contra o tuviera dudas sobre ella, mientras que el PP, a su juicio sí lo hizo al decir que el caso Gürtel no era del PP sino “contra el PP”.

Por último, la formación encabezada por Alberto Núñez Feijóo fue el principal objetivo de los dardos dialécticos de Sánchez. No descarta llegar a acuerdo con ellos, si bien Sánchez tampoco se mostró esperanzado. Gestos como los de no aplaudir a la presidenta del Congreso Francina Armengol o el nombramiento de Miguel Tellado como nuevo portavoz parlamentario –lo que equivaldría, según el presidente a “una declaración de intenciones”– no son un indicativo muy halagüeño.

Sánchez-Aragonès

Cita para el 21 de diciembre

Temas prioritarios. La consellera de la Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà, adelantó ayer que el president, Pere Aragonès y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abordarán en la reunión del próximo 21 de diciembre los temas prioritarios para el Govern: “La carpeta del conflicto político”, la financiación singular para Catalunya y el traspaso de Rodalies.

Una reunión de “trabajo”. Sánchez y Aragonès no se han visto las caras en un año y medio, si bien su encuentro nada tiene que ver con una mesa de diálogo. Será “una reunión de trabajo, en principio, sin ninguna otra figura”, señaló una Vilagrà que apuntó a “ir al grano” para así concretar cuestiones centrales para el Govern. “Hemos trabajado ya juntos desde hace mucho tiempo, por tanto, lo que tenemos que hacer es dar velocidad de crucero a la negociación en tres carpetas que para nosotros son fundamentales”, abundó.