A última hora del martes, el secretario general de Junts, Jordi Turull, se dirigió por carta a Pere Aragonès ofreciéndose para un pacto presupuestario a cambio de recuperar la unidad estratégica del independentismo. Demasiado tarde. Para entonces, Esquerra ya tenía en su mano el compromiso del PSC, que se rubricó ayer miércoles por la tarde entre el president y el líder de los socialistas, Salvador Illa. La decisión republicana, que aunque no supone un acuerdo de legislatura sí que nos retrotrae a los tiempos del tripartito, es decir, a la etapa previa al procés, supone todo un movimiento tectónico dentro del mundo soberanista, por lo que el espacio posconvergente no tardó en reprochar a Esquerra haberse echado en brazos del autonomismo. Contundente fue la réplica del ex-Jefe del Govern, Quim Torra, quien lamentó este tránsito “de una legislatura para culminar la independencia a otra para pararla”. “Qué lástima ver el escudo de la Generalitat al lado del logo del PSC”, espetó. No menos dura fue la respuesta de líder parlamentario de JxCat, Albert Batet, que acusó a Aragonès de haber “abandonado la mayoría independentista” estableciendo “un punto de inflexión” en la política catalana: “No volvemos a 2017, volvemos a 2004”, censuró. Desde otros ámbitos como la CUP o las entidades civiles también arreciaron las críticas.

El acuerdo consta de dos documentos: uno de 26 páginas referido a las medidas presupuestarias y otro de tres que recoge los compromisos para impulsar “grandes infraestructuras de país” que el PSC ponía como condición, como el proyecto de Hard Rock en el Camp de Tarragona, la construcción de la Ronda Norte o Cuarto Cinturón (B-40), la “modernización” del Aeropuerto de Barcelona-El Prat o la gestión del servicio de Cercanías. “Serán las Cuentas más elevadas de la historia, un Presupuesto social y expansivo” que contará con 41.025 millones de euros, se felicitó Aragonès, al entender que permite “invertir en educación, salud, servicios sociales, para impulsar el Pacto Nacional por la Industria y, en definitiva, para mejorar la vida de los catalanes”. “En un momento clave para los retos de la ciudadanía, continuamos trabajando por un país próspero y socialmente justo, sin dejar a nadie atrás”, subrayó el president. Por su parte, Illa cree que propicia que “Catalunya pase de la inercia a la acción”, a través de una propuesta que él mismo tildó como “de mínimos”. “Anteponemos los intereses de los catalanes a otro tipo de intereses”, añadió el líder de la oposición, vanagloriándose de un “ejercicio de responsabilidad” y de su intento de buscar consensos amplios en la sociedad catalana. “Trabajamos para unir a los catalanes. También es un ejemplo de política útil, que obtiene resultados concretos”, zanjó, advitiendo de paso que el PSC seguirá persiguiendo una alternativa al Ejecutivo de ERC y haciendo una “fiscalización responsable” del mismo.

El acuerdo incluye una comisión de seguimiento que se reunirá trimestralmente a no ser que cualquiera de las partes solicite una reunión extraordinaria: “Es una confianza verificable”, comparten, sin aclarar hasta dónde puede llegar la actual legislatura. Junts lo tiene más claro: “Vemos que el SOS que han enviado a Madrid ha funcionado, han pactado con el Estado”, afeó Batet a Aragonès. Ante este “tripartito” en Catalunya, reivindicó a JxCat como la “única alternativa”, y recordó que fueron el primer partido en entregar “una propuesta realista” y “plenamente asumible” para pactar los Presupuestos. De hecho, fue el exconseller Jaume Giró quien empezó a pergeñarlos. La implosión independentista se agiganta.

Feijóo expulsa al psc del “constitucionalismo”...

...y moncloa ve el fin de los bloques

Acuerdos entre diferentes. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, situó al PSC fuera del constitucionalismo tras este paso y denunció que la supresión del delito de sedición y la rebaja de las penas de la malversación son una “parte del Presupuesto”. “El PSC ya no es el partido constitucionalista, sino que da soporte al independentismo catalán”, denunció. Desde Moncloa, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, señaló que el consenso entre ERC y los socialistas muestra la Catalunya del futuro “de los acuerdos entre diferentes” y que dice “adiós” a los “bloques” y al enfrentamiento. “Es el momento de buscar inversiones, oportunidades y dejar atrás el conflicto, la división y el enfrentamiento”, relató.