Xavier Cazaubon (Biarritz, 2-XI-1963), presidente de la Federación Internacional de Pelota Vasca, atiende a esta cabecera en la cafetería de su hotel en Gernika apenas unas horas después de cerrar la Liga de Naciones en el Jai Alai de Gernika. Lo hace con una sonrisa y un apretón de manos, dispuesto a desbrozar las aristas de la primera cita internacional oficial de Euskal Selekzioa y las polémicas surgidas.
¿Cuál es su valoración de la recién terminada Liga de Naciones disputada en el frontón de Gernika?
—Hace unos años salió una película documental que se llama Jai Alai Blues, pues creo que en la final, con 1.850 personas que llenaron el Jai Alai de Gernika, más las miles y miles de personas que nos vieron internacionalmente a través de la señal televisiva, salieron absolutamente sin blues, sin esa melancolía.
La aportación de Euskal Selekzioa
¿Y en el resto de aspectos?
—La segunda cuestión es el nivel de juego. Siempre nos han hablado de la asimetría entre países y esas asimetrías, y mucho más en la cesta, son absolutamente normales. ¿Qué podemos pedir a países que antes eran potencias dentro del jai alai, pero cuya actividad ha decaído? Me refiero a México, Filipinas, Cuba, Estados Unidos... Sin embargo, hay una camada de jóvenes pelotaris de muy alto nivel. La tercera valoración sería la igualdad de género. En definitiva, nos hemos alejado del blues, el nivel de juego fue alto y tuvimos igualdad.
¿Considera que ha sido un éxito organizativo?
—El tema logístico ha sido de diez. Tres personas han sido claves en la organización, que son Gaizka Muniategi, Zigor Etxebarria –ambos de Eraman Jai Alai– e Iker Amarika –Xaker Kirola–, que han hecho un trabajo fantástico. Lo han bordado. También debemos agradecer la cobertura que nos ha dado EiTB. Ha tenido un gran impacto internacional. Además, hemos roto el récord de acreditaciones de medios nacionales e internacionales. Me encanta que hayan venido. Espero que se queden y que en el futuro le dediquen el mismo número de páginas y de columnas que le han dado a la pelota estos ocho días.
“Hemos roto el récord de acreditaciones. Espero que en el futuro se le dedique el mismo número de páginas que estos estos días”
Respecto a esto, ¿considera que toda publicidad es buena?
—Espero que sirva para que se puedan interesar más en saber quién es Atain, quién es Laduche, quién es Erkiaga, quién es Lekerika, que intentar con discursos incendiarios meternos en los escritorios. El tiempo de Gernika era el tiempo de la cancha, era el tiempo de los pelotaris. Querer desplazar a la cancha problemas que pueden existir dentro de escritorios es un grave error y yo no lo voy a cometer. Lo que hay que valorar es solo lo deportivo. Así que, la única pregunta es: ¿Fue un éxito y valió la pena? La respuesta es sí en ambos casos.
“La valoración de la Liga de Naciones es que nos hemos alejado del ‘blues’, el nivel deportivo estuvo a la altura y hubo una perfecta igualdad”
El trayecto de Euskal Selekzioa
Euskal Selekzioa, oro global en la Liga de Naciones, ha respondido. Desde luego, el camino hasta aquí ha sido duro.
—Ha sido arduo, sí. Di una entrevista en el mes de febrero al Diario de Navarra que ha sido utilizada por la Federación Española para fiscalizarla sobre el recurso que existe en este momento en el TAS, por lo que hay temas que he decidido no mencionar aún, pero vendrá el día en que presentaremos audios y documentos. Yo quiero hablar solo de lo deportivo.
¿Qué representa Euskadi en ese aspecto para la FIPV?
—Es una federación que acaba de demostrar su capacidad organizativa y deportiva y que puede mañana ser un referente en cuanto a formación y capacitación dentro de ciertas modalidades, pero también hay otras en las cuales Euskadi va a tener que aprender; por ejemplo, de los frontenistas mexicanos, de los palistas argentinos, en el frontball. Estamos para compartir experiencias y compartir entrenadores. Hoy en día, en la FIPV tenemos capacitadores como Juan Martínez de Irujo u Oskar Lasa –en mano–, como Omar Rodríguez para la pala o como Alberto Rodríguez Faisal en el frontenis. No aspiro a quedarme muchos años dentro de la Internacional, y menos a su cargo, pero si podemos pensar juntos en la pelota a 25 años vista es un trabajo que tiene que hacerse alrededor de una misma mesa. El que piensa que el muro es para dividir, para insultar, para separar, para asustar, está equivocado.
“La oficialidad de una competición la otorga la Federación Internacional. He aprendido dos palabras estos días: bulo y lodo”
El músculo de la FIPV
Es decir, generar sinergias.
—Va a llegar el momento en el que la gente tendrá que sentarse a hablar y no decidir por intereses personales, un sueldo, coche o dietas. Hay que pensar que lo más importante son los jugadores y las jugadoras. Fíjese, mi preocupación es que un joven de donde sea, de Francia, de México, de Irak, de Afganistán, de India, de Filipinas, que tiene siete años, ¿por qué va a escoger a mi deporte? No todos van a jugar como Erkiaga y López, pero estamos dándoles facultades a unos para estar en el frontball, a otros para el eSport, vamos a crear otras sinergias regionales o continentales. Así, Gernika duró seis días, pero en la misma semana estábamos trabajando en Guadalajara (México) con los Juegos Nacionales CONADE, estaba la Federación Iraquí reconocida por el Comité Olímpico nacional, estaba nuestro vicepresidente Jean-Michel Idiart en el foro de eSport con el príncipe Mohammed Bin Salman (Arabia Saudí) y el presidente Thomas Bach en Lausana. Estábamos cerrando la Liga de Naciones de México de 30 metros... Me quieren encasillar siempre en la foto, pero yo veo la película al completo.
Euskadi fortalece el músculo de la FIPV.
—Solos vamos más rápido, pero juntos vamos más lejos. El objetivo que tenemos que hacer conjuntamente es ir más lejos. ¿Cuál es la diferencia hoy en día entre todos esos pelotaris? Explíquenme por qué quieren usar algunos este deporte para dividir y fraccionar. Yo vi partidos de alto nivel, comprobé que la presencia de Euskadi ha sido un plus deportivo, de organización, y eso hay que reconocerlo. Esto está preparando un Mundial 2026 en Argentina y un Mundial del 2030 en Bilbao de gran nivel. No voy a entrar en polémicas estériles.
“Los que pensaron en hacer un campo de fútbol del Jai Alai se equivocaron. Oír un himno merece respeto y se hace en silencio”
Se ha puesto en tela de juicio la oficialidad de la Liga de Naciones.
—Ni siquiera es algo que deba contestar. La oficialidad de una competición la da la Federación Internacional, punto. No voy a entrar en discusiones sobre este asunto, porque he oído tantas cosas... Fíjese, aprendí dos palabras nuevas en los últimos meses en España. La primera es bulo y la segunda es lodo.
La pitada al himno de España
Durante toda la Liga de Naciones ha habido un trato exquisito de respeto a los pelotaris de todos los equipos por parte de los aficionados. Sin embargo, en la entrega de premios, se escucharon pitos al himno de España.
—En la inauguración dije que esta competición tenía que estar sustentada en tres pilares: la excelencia, la amistad y el respeto. El respeto va para los pelotaris y el respeto va también para los colores que defienden y la expresión de esos colores en su himno nacional. La gente que pensó transformar el Jai Alai en un campo de fútbol se equivocó, plena y rotundamente. Hay una expresión en la terminología de la pelota, ser plazagizon. Oír un himno merece todo el respeto y se hace en silencio. Fíjese, es una situación que ya vivimos en el Mundial de Barcelona de 2018.
“Si la pelota vasca quiere estar en unos Juegos Olímpicos, tendrá que ser a través del frontball, como sucedió con el rugby a 7”
Prosiga.
—Es una pena, porque obviamente hubo dos finales de muy alto nivel y de esos dos partidos solamente sacarán esos treinta segundos. Es una pena para los atletas. Los que piensan hacer esto para servir una causa se equivocan. Sucede lo contrario.
Hablaba del futuro. ¿El destino de la pelota pasa por volver a los Juegos Olímpicos?
—Esto es un trabajo de equipo. Nada habría sido posible si no fuera por mi Junta. Contamos con expelotaris y campeones y ellos privilegian la materia deportiva y velan por los intereses del pelotari: Irujo, Goñi, Lasa, Elías, Lilou Echeverria, Irastorza... Cuando llegamos, había 16 países inscritos y ahora estamos confirmados 63 y, de aquí al final del año, podremos ser 73. Estamos a dos componentes de poder empezar a preparar nuestros expedientes para someter una candidatura olímpica. Vamos muy bien en Asia, desarrollándonos, y pronto vamos a estar trabajando Arabia Saudita y Catar de manera muy dura, empezando por los Juegos Olímpicos de eSport en el 2027 en Riad.
Continúe.
—Uno de mis ejemplos como presidente es Bernard Lapasset. Dirigió el World Rugby y vio claramente el rugby a 15 no podía ser olímpico. Tenía que irse al rugby a 7. Ser olímpico no era un capricho, porque hay diferencia entre una federación olímpica y los apoyos que recibe por parte del COI. Y nosotros, si somos olímpicos, lo vamos a hacer con el frontball. Thomas Bach, presidente del COI, tiene esta frase: “Cambiar antes de ser cambiado”. Si aspiramos a que nuestro deporte se pueda mantener, tenemos que responder a varias preguntas: ¿Por qué va a escoger un niño la pelota, porque es el deporte del aitatxi? ¿Porque lo ve en la televisión? ¿O porque quiere ir a torneos internacionales? ¿Quiere viajar a otros países? ¿Va a poder vivir de él? Entonces, todo lo que tenemos que hacer es construir esa ingeniería. Estuvimos en el oral de las federaciones internacionales concursantes para París’24, aunque no teníamos el número de países. Perdimos frente al breakdance. No podemos entrar en Estados Unidos en 2028, pero podemos pensar en Brisbane en 2032 o en 2036.